Bate los huevos, echa los dos tipos de harina en un bol y mézclalas muy bien.

Agrega los huevos batidos a las harinas ya mezcladas y empieza a remover con una cuchara.

Cuando ya no puedas seguir con la cuchara, empieza a amasar usando la mano

Añade el aceite y sigue amasando.

Vas a notar que en un minuto, la masa deja de pegarse a tus manos, gracias al poquito de aceite. Amasa hasta recoger toda la harina del bol y la masa deje de pegarse a los bordes. No te asustes, no toma más de 5 minutos ;D

Cuando la masa deje de pegarse, retírala del bol y forma una bola.

Cúbrela con film para alimentos y déjala reposar cubierta por un mínimo de 30 minutos.

Luego del tiempo de reposo, trabaja la masa por partes, hasta terminarla. Corta la tercera parte de tu masa y deja el resto cubierto con el plástico para que no se seque. Usa un cuchillo, no rompas la masa con las manos. Estira la parte que cortaste con un rodillo.

Estira hasta llegar a obtener un espesor entre 1 milímetro y 1 milímetro y medio.

Corta tiras de 25cm. de largo, que es el "standard" de los fideos largos que venden en los supermercados. El ancho no importa, porque vamos a doblarlas, sólo elimina los bordes laterales disparejos. No botes los excedentes de masa, córtalos en pequeños cuadrados y congélalos para poder usarlos otro día en alguna sopa.

Coloca harina de sémola en tu mesa, pon una tira de masa y cúbrela con harina (usa sólo harina de sémola). Dobla la tira, echa harina entre los dobleces para que no se pegue.

Forma un rollo sin apretar la masa y corta tus fideos al ancho que desees. Yo los corté aprox. a 4 milímetros.

Cuando hayas terminado de cortar tus fideos, sepáralos inmediatamente con los dedos.

Elimina el exceso de harina y coloca tus fideos en una servilleta. Sepáralos en porciones de 125gr. / 150gr. Tu pasta fresca hecha en casa está lista!

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