Navidades que no volverán

in #spanish7 years ago

Es cierto que las Navidades que celebrábamos cuando éramos niños son y siempre serán las mejores - Supongo que por el recuerdo y la ilusión de los regalos y de sentir ese calor que una familia unida puede generar en un niño - y por más que intentemos alcanzar ese espectro que el pasado dejó en nosotros, es muy difícil lograrlo, pues lo cierto es que, aunque seamos niños por dentro, hemos perdido esa bella y elocuente inocencia que caracteriza a un niño. Sin embargo, no todo está perdido y siempre hay que luchar por alcanzar la felicidad, aunque ésta venga repartida en muchas piezas que debemos unir.

Recuerdo perfectamente la alegría que me generaba esa cuenta regresiva para el 24 de diciembre; en esos momentos - No mentiré - me concentraba en los regalos navideños, pero hoy recuerdo con nostalgia el ajetreo que en mi casa siempre había semanas antes de la llegada de la Navidad; anhelo el olor a Hallaca y Pan de Jamón (plato navideño venezolano) que impregnaba mi casa anunciando que mi festividad favorita estaba llegando, y por supuesto me produce nostalgia rememorar la parafernalia que hacía mi mamá cuando de los adornos navideños se trataba, siempre regañándome porque el adorno no estaba bien puesto en el árbol o porque las luces del nacimiento no prendían; y aunque en su momento me molestaba con ella, hoy quisiera que así fueran mis navidades.


Hallaca, Pan de Jamón, Ensalada de gallina y pernil. Plato navideño venezolano.

Pero la familia es lo que más duele; la idea de una navidad feliz es la reunión familiar, disfrutar, intercambiar vivencias, reír y llorar de alegría, hablar de la tía que baila hasta el Himno Nacional y terminar tú bailándolo junto a ella, los niños corriendo y las interminables conversaciones sobre temas ajenos a ti. La ilusión de repetirlo año tras año...

Y no ha sido así para casi ninguna - por no decir ninguna - familia en este país de despedidas. Los abuelos dejan de estar con nosotros, los tíos se pelean entre ellos, los primos se casan y los hijos crecen. Pero lo que más desdén y daño ha generado a nuestra tradición por excelencia ha sido la separación familiar, las interminables despedidas en un aeropuerto que está obstinado de ver a madres llorar la partida de sus hijos; esas despedidas que hace unos años sólo afectaban a las clases sociales más altas pero que hoy, precisamente hoy, ha apagado las luces de todas las familias y ha reducido nuestro gentilicio a felicitaciones vía skype.


El gran Carlos Cruz Diez plasmó su obra en un aeropuerto que años después sería portal de separaciones familaires.

"Pronto estaremos juntos", le dicen muchos hijos a sus desconsoladas madres; pero es precisamente durante fiestas navideñas cuando la melancolía se hace presente en las familias. Pero hoy les digo - y me digo a mi mismo - que tiene que ser en estas fechas cuando revivamos los recuerdos de nuestras épocas de infantes, dejemos de lado los recuerdos de los que se pelearon, se casaron y se fueron, y proyectemos nuestros buenos recuerdos de aquellas navidades felices, llenas de luz, comida y mucha unión, esas Navidades que no volverán.

"Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza"
Paul Géraldy (1885 - 1983)

Sort:  

Esto es completamente cierto. Es la triste realidad que vive la gran mayoría de las familias venezolanas

Oyeee oye oye, coloca siempre las fuentes de las imágenes de internet que usas, así no se considera plagio ;)
Genial reflexión, gracias por compartir.