RE: Yo reconozco esa emoción - Reflexiones sobre emociones de la infancia
Hola @zeleiracordero, leyendo tus lineas me trajo recuerdos tu pueblo, Yaguaraparo. Fuimos al matrimonio de una compañera de trabajo de mi esposo. En la noche todas las casas se volvieron coloradas para evitar a las palometas, primera vez que oía de ellas. Toda una aventura entre luces y un carrito fumigador que dejaba estela de humo y promesas de liberarnos de las grandes polillas y su picor.
También creo que hiciste bien en regresar. Cuando fuimos a pasear al día siguiente, llegamos a una especie de arenal mojado, lo recuerdo como un gigantesco majarete, esa arena literalmente me tragó hasta los muslos, toda una emocionante aventura y un punto aparte de mis recuerdos en Yaguaraparo: una mesa grande en el patio de la casa, arepas muy gruesas del tamaño del budare, porcionadas como torta, nata, cuajada, caraota refrita y una bola de plátano verde aliñado. Un desayuno que añoro, al igual que las largas conversas con la abuela de la casa, rica cháchara acompañada de dos loros que nunca se alejaban mucho de ella.
Ja,ja,ja,ja... ¡Me emocionaste con eso que bien has agregado, @carrimanitas! Me reí cuando me recordaste el carro fumigador, nosotros le decíamos "el carro de humo" y, en mis tiempos, las "palometas" (polillas peludas) llegaban una vez al año, pero yo no era alérgica a ellas, quizá por eso no me "marcaron". Respecto a tu experiencia con el "gigantesco majarete" de arena, refiriéndote a la orilla del golfo de Yaguaraparo, creo que esa era la visión de mi madre, y su gran miedo que, muy bien, nos transmitió a nosotros, sus hijos. Ella nos echaba cuentos de gente que se había "ahogado" en el "lodazal". Tú me dices que era arena muy blanda y pienso que , de repente, siempre fue eso, pero ella lo magnificó para protegernos y evitarnos la curiosidad. Gracias por tu comentario que me devolvió en el recuerdo de tus recuerdos.