Difícil cotidianidad —Relato.

Lo volvió a besar y no sintió nada, desplazo sus labios suavemente sobre su boca e intento todo, morderlo suavemente e ir despacio pero ya nada funciono. Ese sentimiento tan fuerte que había nacido durante tantas tempestades y que fue víctima de tantas tormentas acabo muriendo tal y como había nacido; de un momento a otro y fundiéndose sin dejar cenizas.

Lo miro detalladamente durante un par de minutos y se limito a sonreír con cierto matiz de nostalgia, eran tan mágicos esos besos apasionados que se entregaban cuando se encontraban en problemas, tan increíbles que le hacían olvidar por algún tiempo sus dificultades, le permitían volar tan alto como quisiera, pero en ese momento, ya no podía sentir lo mismo. Estaba demasiado rota como para poder amarse a sí misma y por lo tanto no lo podría amar a él.

Movió con suavidad la cabeza de un lado a otro y oculto sus ojos, sintió pesar por su desilusión pero no dijo absolutamente nada. Si él lo quería esa relación podría durar mil años viviendo de mentiras; no sería ella quien lo diría. Jamás seria ella la que admitiría que un futuro juntos era la locura más sorprendente que se les podría ocurrir.

—Nunca he sabido como iniciar una conversación incómoda contigo— Tomo un respiro y continuo —Pero supongo que jamás me permitirás intentarlo.

Él ambiente comenzó a tomar un tono opaco y tenso, efectivamente ese afán casi lunático, completamente desproporcionado con que los dos se habían besado por largos minutos se esfumo. Ambos notaron sin querer que los labios del otro ya no eran tan dulces, y que la emoción desapareció desde que su futuro se esclareció, y que aquella intriga de adolescentes enamorados que no podían estar juntos había alcanzado su fin.

Para ellos, que juraron amor eterno durante los tiempos de dificultad, la monotonía de vivir tranquilos les arrebato la pasión y simplemente dejaron de ser el uno para el otro, quizás porque realmente nunca lo fueron, probablemente porque el drama en que se encontraban sus vidas no estaba a su alrededor más.

—No permitiré que recuerdos tan increíbles contigo desaparezcan porque no tomamos las decisiones adecuadas en el momento pertinente —Ella suspiró y se alejo otro poco con las manos en el interior de sus bolsillos, las extrajo y las miró distraídamente, como buscando una respuesta aceptable, por lo mínimo coherente, pero nada hacia aparición en su mente, lo cual era extraño; ella jamás se quedaba sin palabras.

—Se que lo puedes sentir, faltaron demasiadas piezas en ese beso que aunque fue extremadamente placentero no prendió ni un poco la chispa que solía sentir cada vez que nos besábamos.

— ¿Entonces es mejor que acabe así, ¿no?-Murmuró recuperando el habla- Simplemente digamos adiós y continuemos adelante.- Ella se dio media vuelta y comenzó a alejarse sin decir más.

— ¡Espera! — La chica viró en sí y lo miro con mucha tristeza— Solo quería que supieras que siempre fuiste mi mejor opción. — Ella consiguió sonreír y le respondió.

— También tú lo fuiste para mí. A pesar de todo, aún lo sigues siendo —Terminó murmurando muy bajo como despedida inacabada hacia el chico que recordaría toda la vida como su primer amor.

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