Decálogo para ser feliz
Saludos queridos lectores. En mi post anterior, alguien comentaba que es bueno leer cosas positivas. Estas palabras me hicieron pensar que, en esta era en que la información es uno de los elementos de más valor, las noticias se han tornado en objeto de consumo masivo. Y al parecer, las informaciones que generan mayor seguimiento son aquellas de carácter violento, trágico y negativo. La realidad no puede ocultarse, ocurren cosas malas, pero ¿por qué las cosas buenas no generan igual promoción?
Con esta inquietud inicio este post, sintiendo el deseo de ser comunicadora de buenas noticias, de llevar un mensaje positivo a quien lea las líneas que escribo. En nuestro país ya estamos cansados de malas noticias, se ha instaurado el régimen del miedo y la rabia y necesitamos el aire fresco que generan las noticias positivas, necesitamos algo de esperanza, así que, si me lo permiten intentaré acercar un poco este deseo, principalmente pensando en mis hermanos venezolanos, pero extensivo a todos aquellos que necesiten un poco de aliento. Por ello compartiré mi decálogo para ser feliz.
1. VIVE UN DÍA A LA VEZ
La mayoría de las personas vivimos preocupados por el futuro, agobiados tratando de resolver los problemas que amenazan con robarnos nuestra paz, sin darnos cuenta de que ya no la tenemos. Tratemos de lidiar con lo que tenemos en frente, un día a la vez. Más que preocuparnos, debemos ocuparnos, es decir, ir a la acción, con conciencia de nuestras capacidades y limitaciones.
2. NO JUZGUES
Cada persona es fruto de una historia personal, todos llevamos una carga emocional que en ocasiones condiciona nuestra conducta que puede ser muchas veces inadecuadas. No señales al otro, sus razones tendrá. Podemos reprobar las acciones incorrectas, pero no rechazar a la persona. No hables mal del prójimo, no hay nada que envenene más la vida de una persona que convivir con el chisme y el comentario malsano. ¿Quieres ser feliz? No juzgues.
3. AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS
Esta frase atribuida a San Agustín es una regla de oro. Ama y haz lo que quieras porque, si lo que haces lo haces con amor, no habrá mal en tu actuar. Llenar la vida y el corazón de buenas intenciones que se concreten en obras buenas es una receta fácil para la felicidad. Y yo siempre digo que los principales destinatarios de nuestras buenas acciones son los miembros de nuestra familia. Sabemos que amamos a nuestra familia, ahora ¡demostrémoslo! Y no hay dicha más grande que ver felices a nuestros seres amados. Por eso, si tienes cuentas pendientes, reconcíliate, busca la paz del perdón, es la prueba más alta del amor.
4. HAZ DE TU QUEHACER UN PLACER
Este personaje llevado al cine por el genial Walt Disney nos enseñó desde la infancia que “en toda labor u ocupación hay un elemento de diversión. Se busca ese elemento y… ¡snap! El trabajo es un juego”. Me refiero a la singular Mary Poppins, la mágica niñera que enseña a los niños a realizar sus deberes convirtiéndolos en un juego. Si buscamos ese elemento disfrutaremos al realizar nuestro trabajo, y si nuestra labor es pesarosa, quizá debemos considerar un cambio de rumbo, hacia aquello que realmente nos genera satisfacción.
5. DEJA SALIR EL NIÑO QUE HAY EN TI
La niñez es una etapa de diversión, de alegría, de ser feliz con poco y encontrar dicha en los pequeños detalles. Tengas la edad que tengas, hay algo de ese niño que aún vive en tu interior. Déjalo salir. Recurre a las cosas que te despiertan ese chiquillo travieso que retoza dentro de ti. No te avergüences de ser un poco infantil, la vida es mucho más bella desde la perspectiva de los niños, aprende de ellos, déjalos ser tus maestros y serás mucho más feliz.
6. RÍE
Cada día veo caminar a la gente por la calle con el ceño fruncido, muy ocupados en sus tortuosos pensamientos. Debemos aprender a reír un poco más. La risa es medicina para el alma. Un programa de televisión, una lectura, un chiste entre amigos, el recuerdo de una anécdota graciosa, cualquier excusa es buena para soltar una carcajada y liberar las endorfinas que nos ayudan a aliviar el dolor y sentirnos mejor.
7. SÉ CORTES
Las preocupaciones del día a día nos mantienen tan absortos que muchas veces no nos percatamos ni siquiera de saludar. Nunca perdamos la cortesía. A todos nos cae bien un “buenos días”, acompañado de una sonrisa, hay un 90% de probabilidad de recibir una respuesta grata, el otro 10% seguirá en su rutina de letanías mentales o tendrá problemas auditivos. Saluda, cede el paso, da las gracias, pide permiso. No cuesta nada y se gana mucho. Y aunque la probabilidad de recibir respuesta es alta, no la esperes. No somos corteses para que lo sean con nosotros sino porque es parte de nuestra educación.
8. ROMPE TUS CADENAS
Muchas veces vivimos aferrados a personas o situaciones que ya no están o que cambiaron y nos resistimos a ello, luchando contra una realidad que no podemos modificar. Un amor perdido, una persona que ya no está, un trabajo del que fuimos despedidos, un hijo que partió del hogar. No asumir los hechos como una realidad nos hace vivir esclavizados, encadenados y estancados. Rompe tus cadenas y camina en libertad. Deja volar a esa persona y deséale lo mejor, agradece lo que viviste en ese trabajo, mira con alegría cada experiencia, con gratitud, y sigue adelante. Vienen aún cosas buenas para ti, no las dejes pasar por mirar hacia atrás. Al principio sentirás miedo, pero no hay nada más grato que la sensación de libertad.
9. EVITA LA QUEJA
Ciertamente todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando. Pero la queja se ha vuelto una costumbre en nosotros y hay personas que no saben decir otra cosa diferente de una queja. En ocasiones toca tomar distancia de esta clase de personas, porque si no estamos fuertes emocionalmente, se nos contagia la necesidad de lamentarnos. Y la mejor manera de alejar la queja se las presento a continuación.
10. AGRADECE
Tu vida es un regalo. Sí, hay cosas difíciles, hay dolor, sufrimiento, rabia o malos ratos. Pero todo es parte de la vida, una vida que también tiene cosas bellas, amor, alegría, lealtad, compromiso. Hay tantas cosas por las cuales dar gracias que podemos hacer nuestra lista de las 365 acciones de gracias, una por cada día del año. Cuando sientas el deseo de quejarte por algo, respira y encuentra algo por lo que debas agradecer. Te darás cuenta de cómo cambia tu perspectiva. La gratitud es la memoria del corazón y con ella serás cada día un poco más feliz.
Hoy, queridos lectores me he extendido un poco, pero quería compartir esta reflexión con ustedes. No hago filosofía. No soy especialista en psicología. Si quieren que pruebe mis teorías sólo podré hablarles de mi experiencia. Soy una docente, por muchos años he trabajado con jóvenes y niños y he podido conocer un poco más la naturaleza humana. Pero mi mayor experiencia ha sido mi propio trabajo personal. Soy, finalmente, una mujer que cada día intenta ser un poco mejor un poco más feliz.
Esta no es una lista exhaustiva ni hay algún tipo de jerarquía en cada uno de sus items. Insisto es mi reflexión personal y cada uno puede escribir su propio decálogo, ojalá puedan compartírmelo para aprender un poco más.Gracias por leer estas sencillas líneas escritas desde la humildad de una persona que aprende a diario. Nos vemos en un próximo post y… por aquí seguimos.
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Nunca hay que olvidarse de ser persona, Espero los próximos posteos
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Ciertamente, a veces las personas debemos volver a humanizarnos. Gracias por comentar, te espero de vuelta en un próximo post. Te sigo de vuelta