Relatos inexplicables: Lo que oculta la oscuridad.
No quiero parecer cobarde, pero desde hace algunos años siento un gran temor a la oscuridad y a lo que en ella habita, recuerdo con exactitud aquel fatídico martes; uno tan común y corriente como cualquier otro hasta que aquel viejo y oxidado reloj de pared indico el fin de la jornada laboral. Tomé mi abrigo para el frio y me dirigí a la estación de autobús, la cual estaba totalmente desolada. Decido sentarme a esperar con paciencia y valor, pasaban los y casi podía escuchar el sonido tan peculiar que producía aquel viejo reloj con el pasar de los segundos, de la nada aparece un anciano con una chaqueta oscura y un pantalón lleno de agujeros, en su mano derecha llevaba una cantimplora y en la otra tenía una venda que le cubría una herida, la cual posó sobre mi hombro y me miro directo a los ojos por unos segundos, luego levanto su mano de mi hombro y soltó una carcajada un poco enfermiza, así sin más continuo su camino. Confundido y nervioso seguí con la mirada al anciano hasta que vi como a lo lejos iba desapareciendo, luego de eso conseguí estar más calmado y me dispuse a continuar la espera, el transporte no tardó en llegar y lo aborde con suma rapidez por la hora y por el momento inaudito que acababa de vivir.
Pude llegar a mi destino; mi casa, al entrar me dirijo directamente a mi habitación y coloque mi abrigo en una mesa de noche que estaba justo al lado de mi cama, me quite los zapatos y sentí como dormir paso a ser mi primera necesidad, me recosté en la cama mis ojos se fueron cerrando poco a poco como si sucumbiesen ante un peso que habitase encima de ellos, pasaron algunos minutos y me desperté en mi cuarto totalmente oscuro pero el ambiente era distinto, sentí una mirada que se clavó sobre mí, me inquieto e hizo que paseara mis ojos por toda mi habitación hasta dar con la silueta de un hombre el cual no era reconocible para mí, lo mire con asombro y me fue difícil de creer, intente encender la luz pero me fue imposible, estaba totalmente inmóvil, al ver que no puedo moverme intente gritar y pedir ayuda, pero sentí como mis labios se movían pero no producían ningún tipo de sonido, en ese momento me sentí totalmente perdido, en lo que vi como la silueta daba unos pasos recorriendo mi habitación con el objetivo de posarse a mi lado, sentí cada una de las gotas frías que corren por todo mi cuerpo. La silueta del hombre se detiene para soltar una carcajada tan aterradora como la del anciano en la estación, fue tan fuerte que alerto a mis padres que algo estaba pasando en mi habitación, entraron alertados y asombrados al verme totalmente pálido, pudieron sentir mi miedo a través de la manera en que temblaba, recuerdo que mi madre fingía tranquilidad mientras me decía “ Amor, cálmate solo fue un mal sueño”, y fue a la cocina por una vaso de agua con azúcar; el cual bebí y coloque en la mesa de noche junto al abrigo, al parecer el agua azucarada cumplió su misión me relajo y me ayudo a recuperar el sueño, luego de esa horrible pesadilla.
A la mañana siguiente más calmado y luego de haber dormido bien, me desperté y salí de mi habitación para agradecerle a mi mama.
—Gracias mama, el vaso agua con azúcar me ayudo a calmarme y a poder dormir tranquilo—
Al salir estas palabras de mi boca, vi como mi mama se iba sorprendiendo cada vez más, hasta que me hablo y me dijo.
—De nada hijo, pero ayer no te prepare nada ni tampoco entre a tu habitación—
Cuando escuche a mi mama decir esas palabras corrí al cuarto a ver si estaba el vaso en la mesa de noche junto al abrigo y al ver el vaso paso por mi mente aquella carcajada aterradora y enfermiza.
Esto me llevo a temerle a la oscuridad, No sé qué había aquella noche en mi habitación junto a mí ni que fue lo que se hizo pasar por mi madre. Lo sabes tú ?
A la mañana siguiente más calmado y luego de haber dormido bien, me desperté y salí de mi habitación para agradecerle a mi mama.
—Gracias mama, el vaso agua con azúcar me ayudo a calmarme y a poder dormir tranquilo—
Al salir estas palabras de mi boca, vi como mi mama se iba sorprendiendo cada vez más, hasta que me hablo y me dijo.
—De nada hijo, pero ayer no te prepare nada ni tampoco entre a tu habitación—.
Cuando escuche a mi mama decir esas palabras corrí al cuarto a ver si estaba el vaso en la mesa de noche junto al abrigo y al ver el vaso paso por mi mente aquella carcajada aterradora y enfermiza.
Esto me llevo a temerle a la oscuridad, No sé qué había aquella noche en mi habitación junto a mí ni que fue lo que se hizo pasar por mi madre. Lo sabes tú ?
Hola @basyco, estoy aprendiendo espanol y disfrute leyendo tu blog.
Hola @exxodus, me encanta que hayas disfrutado, gracias por leernos.
Vaya, me gustó bastante.
Muchas gracias.