Hola amigos de Steemit, acá les traigo una narración de mi producción. Siempre he sentido que tengo una afinidad por la poesía y el ensayo y poco por la prosa, sin embargo estos textos salen por curiosidad en explorar otros territorios de la literatura. Espero que disfruten la lectura.

Si bebo, peleo

Esa tarde ambos amigos se vieron, fueron a la licorería de costumbre. Ambos simpáticos, tomaron cervezas y conversaron sobre todo aquello que querían compartir. El aire era denso, hacía frío y apenas se asomaba como un niño tímido el sol por entre las nubes. Las cervezas también estaban frías y eran un callejón sin salida que disfrutaban transitar. Pronto, el tiempo como un buen mago desapareció la tarde y los pocos rayos de luz ante los ojos de todos. En medio de la oscuridad se marcharon los amigos buscando cada uno sus casas.

Sin embargo, Damian no pudo regresar, era tarde. Por eso, amigablemente J ofreció su casa por esa noche. J fio una botella y un par de cigarros al abastero vecino y le prometió pagar al día siguiente. La noche se cumpliría así: Damian saldría por la mañana a continuar con su trabajo. De esa manera, comenzaron a beber, un trago, dos tragos, hablaron y tomaron con los residentes de la casa de J. Todos estaban borrachos y alegres pero hacía falta cigarrillos. Salieron, caminaron, persiguieron licorerías underground y lamentaron saber que no vendían. Afortunadamente, uno de los muchachos observó a El guao, un mototaxista amigo de todos, entrar a su casa. Lo persiguieron. Le pidieron cigarros, él se los vendió. Los muchachos se fueron, pero J quedó en el umbral de la entrada abrazándolo en busca de su amor y de un interesado cigarro demás. El guao se puso nervioso cuando de pronto J le pidió que lo besara, y armó, a modo de capricho, una escena donde El guao le era infiel. Pero deme un beso, le decía J. Pero porqué no me quiere besar Guao, insistía J. Con paciencia El guao logró cerrar la puerta después que J le dijera que era una persona mala, y que él sabía que él era de esas clases de personas que aparentaban bondad.

Damian y J siguieron entonces caminando y de pronto vieron al otro lado de calle un hombre que abrazada de ebriedad un teléfono público en un intento por levantarse. Este ebrio hablaba en francés, y con risa Damian le dijo a J que se ambos se parecían. Cruzaron la calle y ayudaron a levantar al hombre. J le siguió la cuerda al ebrio y comenzó a hablar en francés, se la dio de extranjero, después se confundió y habló un poco de árabe. Inmediatamente el hombre le pidió que le hablara por favor en español. No recuerdo muy bien que pasó luego, lo cierto, es que J se vio ofendido y comenzó una pelea en medio de la calle. El hombre le doblaba el tamaño y le triplicaba la contextura, pero de igual forma, apenas con una patada que atrapó le proyectó al piso en donde lo remató lanzando en un impulso un codazo sobre la caja torácica. El hombre quedó en medio de la calle. J se levantó miró alrededor y se dio cuenta que muchas personas habían sido testigos de lo que había pasado.

Demian estaba preocupado ahora por el hombre y llamó la policía, pero la policía nunca apareció, así que llamó a la ambulancia pero tampoco llegó. J se sentó sobre el hombre y empezó a abofetearlo de un lado al otro, no estás muerto le decía, no eres un cadáver le decía. Luego, salió corriendo hacia donde había unas personas que lo observaba y le dijo que en realidad lo estaba ayudando y que era estudiante de Medicina que sabía lo que hacía. Las personas temieron y se ocultaron. Demian seguía de pie, observando con paciencia y esperando a que se levantara. J entró en cólera, creía que había matado al hombre y estaba nervioso. Demian le decía: pudieron haberte grabado, irás preso, le sonreía. J se molestó y tomó unas bolsas de basura y las lanzó sobre la calle, no se dejaría agarrar tan fácilmente, ahora haría una protesta Nacional. Los carros comenzaron a pasar muy de cerca sobre el cuerpo del hombre, casi por encima. Por miedo a que un carro matara al hombre Demian recogió la basura y después arrastro el cuerpo hacia la acera más cercana. En ese momento el hombre recobró la conciencia y quería volver a pelear, quería vengarse. Esta vez Demian no lo permitió lo miró a los ojos y le dijo: ¿no hay nadie que se preocupe por ti? ¿Tu madre o alguna mujer que lo único que quiere es que estés bien? ¿No crees que se pondría triste si algo te pasa? Por ella, vete de aquí. El hombre le brilló los ojos y como un autómata empezó a caminar hacia alguna dirección, quizá hacia su casa. J se enfureció y le dijo que era un idiota porque lo había dejado ir.

A partir de ese momento Demian tomó a J que andaba sin camisa y empezaron a caminar hacia la dirección contraria. Esperaron e ingresaron a la residencia donde todos ya habían decido acabar la fiesta e irse a dormir.. J estaba paranoico y llamó a un amigo periodista para que le hiciera un nota de prensa en donde lo habían atacado unos Tupamaros y él se había defendido. Nunca más se supo del hombre. J dejó de pelear en las calles, pero no de beber.