ALGUNAS NOCIONES BÁSICAS SOBRE LA VIOLENCIA ESCOLAR, LABORAL, FAMILIAR Y DE GÉNERO
Hola a todos, con esta publicación pretendo iniciar una serie de entradas donde comparto información -con sustento legal- sobre un tema importantísimo y útil en diversos ámbitos, con la intención de identificar los tipos de violencia y afrontarlos no sólo oportunamente sino con éxito. Asimismo, aspiro iniciar un sano debate sobre este tema, apoyándolos ante cualquier situación que puedan estar atravesando. Entendiendo que ventilar públicamente casos personales pudiera resultar incomodo para algunos, y como la plataforma aún no permite la interacción privada, pueden escribirme por DM en twitter @arteagaile y en discord como arteagaile, donde estaré 100% a la orden y 100% comprometida con la causa. ¡NO MAS IMPUNIDAD!.
El pensamiento de que la víctima es responsable o provoca la violencia está muy arraigado, sin embargo, completamente distanciado de la realidad, pues sin importar la explicación con la que pretenda justificarse la violencia (que si la victima provoca o atrae la violencia, que si el karma, que si la historia familiar, entre otros), no podemos sumar más sufrimiento y menos pretender validarlo jurídicamente, iniciando el abordaje de las situaciones con resabios de este tipo.
Lo que pretenda lograrse a través de la violencia, sea el control de la víctima, placer o defensa de valores que se creen amenazados, entre otros, no altera su naturaleza dañina. Al justificar la violencia física o psicológica, también justificaríamos otras formas de violencia como el terrorismo.
Ante cualquier problemática de violencia (escolar, familiar, laboral, de género u otra) será necesario tomar en consideración el tiempo de interacción, la rivalidad, la intensidad y la repetición de la agresión, sin perder nunca de vista que EL OBJETIVO DE LA VIOLENCIA NO ALTERA SU NATURALEZA DAÑINA.
Fuente
Se entiende que la violencia psicológica es: “Un proceso, una forma de actuar y no actuar, que por repetición sistemática y progresión, distingue a quien ejerce el poder de quien sencillamente domina” (Jesús Felipe Uribe Prado), que pone en riesgo la integridad moral y psíquica del individuo a partir del uso exacerbado, abusivo e ilimitado del poder con la intención de causar un daño o comprometer la salud mental del individuo al grado que esta situación lo haga abandonar el ambiente escolar o laboral, donde se ejerce. Por tanto, tiene resultados devastadores en el individuo.
La violencia física, por su parte, se comporta en forma de agresiones contra el individuo que laceran su integridad física, al punto que las lesiones pueden ocasionarle la muerte; por ejemplo, uso de armas de fuego, armas blancas, golpizas, quemaduras, etc.
Es difícil pensar que el maltrato emocional no acompañe el físico, ya que lo más habitual es encontrar manifestaciones de más de un subtipo de maltrato.
La creencia de que el sufrimiento psicológico es menos importante, es completamente errónea, en tal sentido, tenemos que:
Aunque probar la existencia de la violencia psicológica se torna difícil, no es imposible, algunos autores sobreentienden incluso la inversión de la carga de la prueba de la víctima hacia el acosador, valorando que existe la progresión de actos lesivos sin importar que haya o no daño. De modo que lo importante es que el ser biopsicosocial, una vez se autoidentifica como persona humana, tome conciencia de que "está siendo sometido a una presión externa que puede comprometer su futuro profesional, su vida en comunidad, su salud y su propia imagen, a veces incluso de forma irreparable”.
Se requiere entonces, conductas psicológicamente ofensivas, carácter metódico y periódico de dichas conductas, sistematicidad y repetitividad de la agresión, así como la degradación de las condiciones del individuo.
Ahora bien, para diferenciar el acoso de la violencia ocasional o derivada de un conflicto, se requiere cierta frecuencia o intensidad de la agresión, que varía según los autores entre días, semanas o meses.
En todo caso, como afirma Sanmartín, la violencia psicológica se vuelve aún más perniciosa cuando además de reiterada, se traduce en intimidación, y también cuando se acosa a los más débiles.
Los efectos de la violencia, cualquiera sea el ámbito donde tenga lugar, pueden ser imprevisibles y afectan no sólo la salud, abarcando trastornos depresivos, del sueño y de los hábitos alimentarios, ansiedad, lesiones que pueden producir discapacidad, uso nocivo del alcohol y otras sustancias, autoagresión e intento de suicidio.
En el caso del acoso escolar, los efectos suelen ser nerviosismo, tristeza, reducción del rendimiento escolar, alteraciones del sueño e ideaciones suicidas. Asimismo, aunque tendemos a pensar que el primer afectado es la víctima, al causarle estados psicosomáticos graves, el entorno familiar también es afectado, sufriendo un deterioro sin explicaciones y sin saber a ciencia cierta el origen de sus malestares y cambios sufridos por el acosado.
La violencia se vuelve invisible porque "(...) quienes la ejercen de manera visible pueden ser correctos y socialmente aceptables; en otras palabras, una buena parte de los individuos acosadores morales, perversos o psicológicamente violentos, suelen mantener formas de comportamiento social o publico más que correctas".
Señala también la literatura especializada, que es la estructura de las organizaciones la que facilita este fenómeno y empuja incluso a los grupos a llevar a cabo el acoso, particularmente, situación que aumenta su peligrosidad. Igualmente que, los intereses del acosador con frecuencia son patológicos, la cobardía y en cinismo del acosador hacen que utilice al grupo para sus ataques y de esta manera la responsabilidad de sus actos quede difuminada, el acosador se aprovecha también de la estigmatización de la víctima mediante etiquetas como “el paranoico”, “el deprimido”, “el raro”, etc., para desviar la atención de él hacia la víctima, “dejando sus acciones como una respuesta neutral e independiente a las consecuencias de su acoso, de tal manera que al psicologizar la situación oculta sus actos”.
En el Informe Mundial sobre la Violencia y Salud de la Organización Mundial para la Salud (OMS), primera iniciativa en abordar la violencia como un problema de salud pública en todo el mundo, que obliga a ir más allá del concepto de lo aceptable y cómodo para cuestionar la idea de que los actos violentos son cuestiones de intimidad familiar o de elección individual o bien, aspectos inevitables de la vida, la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora de la OMS, afirma:
“La violencia es un problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamientos conformados por una multitud de fuerzas en el seno de nuestras familiar y comunidades”.
Así, la violencia no es inevitable ni constituye un componente intrínseco de la condición humana, pues aun cuando investigaciones recientes apuntan hacia factores biológicos e individuales que en algunos casos pueden explicar la predisposición hacia la violencia, con frecuencia éstos interactúan con factores familiares, sociales, culturales y otras cuestiones externas para crear situaciones en las que es probable la aparición de la violencia.LA VIOLENCIA NO ES NORMAL NI INEVITABLE, NO LA INVISIBILICEMOS, NO SEAMOS VICTIMAS Y COMPLICES.
LA VIOLENCIA NO SE ORIGINA EN LA VICTIMA
El pensamiento de que la víctima es responsable o provoca la violencia está muy arraigado, sin embargo, completamente distanciado de la realidad, pues sin importar la explicación con la que pretenda justificarse la violencia (que si la victima provoca o atrae la violencia, que si el karma, que si la historia familiar, entre otros), no podemos sumar más sufrimiento y menos pretender validarlo jurídicamente, iniciando el abordaje de las situaciones con resabios de este tipo.
ES LA ACCION LO QUE SE JUZGA, NO LA EXPLICACION
Lo que pretenda lograrse a través de la violencia, sea el control de la víctima, placer o defensa de valores que se creen amenazados, entre otros, no altera su naturaleza dañina. Al justificar la violencia física o psicológica, también justificaríamos otras formas de violencia como el terrorismo.
Ante cualquier problemática de violencia (escolar, familiar, laboral, de género u otra) será necesario tomar en consideración el tiempo de interacción, la rivalidad, la intensidad y la repetición de la agresión, sin perder nunca de vista que EL OBJETIVO DE LA VIOLENCIA NO ALTERA SU NATURALEZA DAÑINA.
DISTINGUIENDO LA VIOLENCIA FISICA DE LA PSICOLOGICA
Se entiende que la violencia psicológica es: “Un proceso, una forma de actuar y no actuar, que por repetición sistemática y progresión, distingue a quien ejerce el poder de quien sencillamente domina” (Jesús Felipe Uribe Prado), que pone en riesgo la integridad moral y psíquica del individuo a partir del uso exacerbado, abusivo e ilimitado del poder con la intención de causar un daño o comprometer la salud mental del individuo al grado que esta situación lo haga abandonar el ambiente escolar o laboral, donde se ejerce. Por tanto, tiene resultados devastadores en el individuo.
La violencia física, por su parte, se comporta en forma de agresiones contra el individuo que laceran su integridad física, al punto que las lesiones pueden ocasionarle la muerte; por ejemplo, uso de armas de fuego, armas blancas, golpizas, quemaduras, etc.
LA VIOLENCIA PSICOLOGICA SUELE ACOMPAÑAR LA FISICA (O VICEVERSA)
Es difícil pensar que el maltrato emocional no acompañe el físico, ya que lo más habitual es encontrar manifestaciones de más de un subtipo de maltrato.
LA VIOLENCIA PSICOLOGICA ES TAN DAÑINA COMO LA FISICA
La creencia de que el sufrimiento psicológico es menos importante, es completamente errónea, en tal sentido, tenemos que:
"(...) mediante el maltrato, un individuo puede hacer pedazos a otros; incluso, se puede llevar a cabo un asesinato psíquico o empujar al suicidio, pues las situaciones de violencia y maltrato psicológico socaban el sistema de normas y principios que dan sentido a la vida de los individuos, destruyendo sus niveles de confianza elementales, es decir, la autoestima y las premisas fundamentales que brinda al individuo la estabilidad del mundo y el orden de su existencia".
¿COMO PROBAR LA VIOLENCIA PSICOLOGICA?
Aunque probar la existencia de la violencia psicológica se torna difícil, no es imposible, algunos autores sobreentienden incluso la inversión de la carga de la prueba de la víctima hacia el acosador, valorando que existe la progresión de actos lesivos sin importar que haya o no daño. De modo que lo importante es que el ser biopsicosocial, una vez se autoidentifica como persona humana, tome conciencia de que "está siendo sometido a una presión externa que puede comprometer su futuro profesional, su vida en comunidad, su salud y su propia imagen, a veces incluso de forma irreparable”.
Se requiere entonces, conductas psicológicamente ofensivas, carácter metódico y periódico de dichas conductas, sistematicidad y repetitividad de la agresión, así como la degradación de las condiciones del individuo.
Ahora bien, para diferenciar el acoso de la violencia ocasional o derivada de un conflicto, se requiere cierta frecuencia o intensidad de la agresión, que varía según los autores entre días, semanas o meses.
En todo caso, como afirma Sanmartín, la violencia psicológica se vuelve aún más perniciosa cuando además de reiterada, se traduce en intimidación, y también cuando se acosa a los más débiles.
DE LOS EFECTOS DE LA VIOLENCIA
Los efectos de la violencia, cualquiera sea el ámbito donde tenga lugar, pueden ser imprevisibles y afectan no sólo la salud, abarcando trastornos depresivos, del sueño y de los hábitos alimentarios, ansiedad, lesiones que pueden producir discapacidad, uso nocivo del alcohol y otras sustancias, autoagresión e intento de suicidio.
En el caso del acoso escolar, los efectos suelen ser nerviosismo, tristeza, reducción del rendimiento escolar, alteraciones del sueño e ideaciones suicidas. Asimismo, aunque tendemos a pensar que el primer afectado es la víctima, al causarle estados psicosomáticos graves, el entorno familiar también es afectado, sufriendo un deterioro sin explicaciones y sin saber a ciencia cierta el origen de sus malestares y cambios sufridos por el acosado.
¿POR QUE LA VIOLENCIA SE VUELVE INVISIBLE?
La violencia se vuelve invisible porque "(...) quienes la ejercen de manera visible pueden ser correctos y socialmente aceptables; en otras palabras, una buena parte de los individuos acosadores morales, perversos o psicológicamente violentos, suelen mantener formas de comportamiento social o publico más que correctas".
Señala también la literatura especializada, que es la estructura de las organizaciones la que facilita este fenómeno y empuja incluso a los grupos a llevar a cabo el acoso, particularmente, situación que aumenta su peligrosidad. Igualmente que, los intereses del acosador con frecuencia son patológicos, la cobardía y en cinismo del acosador hacen que utilice al grupo para sus ataques y de esta manera la responsabilidad de sus actos quede difuminada, el acosador se aprovecha también de la estigmatización de la víctima mediante etiquetas como “el paranoico”, “el deprimido”, “el raro”, etc., para desviar la atención de él hacia la víctima, “dejando sus acciones como una respuesta neutral e independiente a las consecuencias de su acoso, de tal manera que al psicologizar la situación oculta sus actos”.
PERO, ¿COMO PREVENIR LA VIOLENCIA, SIN CONTAR PRIMERO CON UNA CONCIENTIZACION Y/O SENSIBILIZACION HACIA EL PROBLEMA?
En el Informe Mundial sobre la Violencia y Salud de la Organización Mundial para la Salud (OMS), primera iniciativa en abordar la violencia como un problema de salud pública en todo el mundo, que obliga a ir más allá del concepto de lo aceptable y cómodo para cuestionar la idea de que los actos violentos son cuestiones de intimidad familiar o de elección individual o bien, aspectos inevitables de la vida, la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora de la OMS, afirma:
“La violencia es un problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamientos conformados por una multitud de fuerzas en el seno de nuestras familiar y comunidades”.
Así, la violencia no es inevitable ni constituye un componente intrínseco de la condición humana, pues aun cuando investigaciones recientes apuntan hacia factores biológicos e individuales que en algunos casos pueden explicar la predisposición hacia la violencia, con frecuencia éstos interactúan con factores familiares, sociales, culturales y otras cuestiones externas para crear situaciones en las que es probable la aparición de la violencia.
FUENTES:
Jesús Felipe Uribe Prado. Violencia y acoso en el trabajo. Mobbing. Editorial el Manual Moderno. México. 2011 (Pág. 26 y sig. 33, 38, 39,66 y sig., 172).
Comprender y abordar la violencia contra las mujeres. Organización Mundial para la Salud (OMS). 2013. PAHO
Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud. Organización Mundial para la Salud (OMS). 2002. OMS
Yo queriendo hacer una publicacion asi hace mucho tiempo, afortunadamente me encuentro con este trabajo tan maravilloso. Saludos @arteagaile :)
Gracias, con este tema ninguna iniciativa o aporte resta sino que siempre suma, anímate y no lo aplaces más, me encantaría leer otras visiones sobre el problema. Este post es sólo una introducción al asunto, vienen más y me encantaría que comentaras en ellos. En lo personal, el problema me ha tocado varias veces, así que se trato de convertir malas experiencias en una fuente de conocimiento útil. Saludos.