El mito (IV.1): Distintas definiciones en las Ciencias Sociales
Extracto de mi tesis de licenciatura con cambios y agregados.
Imagen hecho con Powerpoint; autoría propia.
Introducción
En el post anterior hemos explorado cuáles son las similitudes y diferencias entre el mito y la leyenda, y cómo la temporalidad es uno de los elementos clave que marcan una importante diferencia entre ambas narrativas. A partir de estas diferencias encontradas en estos tres géneros de, procedamos entonces a explorar las distintas definiciones del mito que ofrecieran los estudiosos desde los distintos campos de las Ciencias Sociales.
El mito: Primeras proposiciones definitorias.
Una de las primeras definiciones del mito proviene de la Filosofía, concretamente de la Grecia antigua. Lurker menciona que los filósofos griegos, especialmente Platón, Aristóteles y Filón de Alejandría, consideraban a los mitos como una forma de acercarse a la verdad y a las ideas mediante los símbolos contenidos en el mismo o mediante las alegorías que se pueden hallar en su escritura (1992: 46). El mito era expuesto y discutido en ese sentido como un problema filosófico respecto a su funcionalidad dentro de la sociedad (Vernant, 2001: 336).
Una segunda proposición sobre el mito lo podemos encontrar en Vico, quien consideraba al mythos (mito) como “una historia verdadera que quedó con significado de fábula en el concepto de que toda, hasta ahora, es narración falsa” (1978: 159). El autor justifica su definición con la identificación de dos propiedades vitales del mito: La creencia en lo imposible, lo maravilloso y lo perturbador del relato, y la exaltación que el hombre emplea en cuanto a la mención de la divinidad (Vico, 1978: 162 – 163). Teniendo tal claridad en aquellas propiedades, Vico señaló que los relatos de índole fantástica debían ser tratados como fuentes históricas, tanto como expresiones simbólicas de los hechos reales como expresiones de ideas, creencias y actitudes (Palerm, 1982: 26). Esta postura ejerció gran influencia en los estudios históricos anteriores a la segunda mitad del siglo XIX, período en surge el estudio del mito a través del método comparativo con el fin de comprobar un origen común en todos los relatos (Olavarría, 1990: 15).
Otro autor indispensable es Eliade, quien considera el mito como una realidad cultural extremadamente compleja que se puede abordar e interpretar en perspectivas múltiples y complementarias, puesto que narra una historia sagrada, es decir, relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Esa historia sagrada, añade, se refiere a realidades; es prácticamente un modelo ejemplar de toda actividad humana y un instrumento de transmisión de conocimiento secreto y sagrado (2000: 16 - 22).
Kirk, por su parte, considera al mito como un relato funcional que no tiene forma única, y que actúa en forma diferente y con sus propias reglas de acuerdo con las distintas épocas y culturas (2006: 17 – 24). El autor, además, reconoce que el mito tiene distintas funciones tales como registrar y revalidar las instituciones, glorificar a sus héroes, enmascarar ciertas contradicciones existentes entre los ideales nacionales y la realidad, así como ofrecer explicaciones respecto a los rituales. (Kirk, 2006: 307 – 317).
López Austin destaca que el mito es un producto social que regula varios aspectos de la vida cotidiana de una comunidad al surgir de innumerables fuentes orales, cargado de funciones, siempre persistente en el tiempo a pesar de no ser inmune a él, llegando a adquirir una dimensión total al ser referido a la sociedad en su conjunto. Siendo un producto social, el mito se convierte en una cristalización del pensamiento humano y en un universo en donde se condensan conceptos dicotómicos que siempre acompañan al hombre, desde el yo y el otro hasta el bien y el mal, el tiempo, el espacio, lo sagrado, el cosmos, la continuidad, la tradición e incluso las religiones (1996: 26 - 47).
Ahora bien, si en la Filosofía y la Historia señalan al mito como un producto social cuya función principal era la transmisión de un conocimiento ancestral de alto valor para el pueblo que lo conserva en su memoria colectiva, ¿qué dice la Antropología al respecto?
.-.-.-. Fuentes consultadas .-.-.-.
- Elíade, Mircea (2000) Aspectos del mito. España: Paidós/Orientalia.
- Kirk, G.S. (2007) El mito: Su significado y funciones en la Antigüedad y otras culturas. España: Paidós.
- López Austin, Alfredo (1996) Los Mitos del Tlacuache. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas.
- Lurker, Manfred. (1992) El mensaje de los símbolos. Mitos, culturas y religiones. Barcelona: Herder.
- Olavarría, María Eugenia (1990) Análisis estructural de la mitología yaqui. México, D.F. Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Autónoma Metropolitana.
- Palerm, Ángel (1982) Historia de la Etnología. Vol. 2: Los evolucionistas. México, SEP, INAH.
- Vernant, Jean Pierre. (2001) Mito y pensamiento en la Grecia Antigua. Barcelona: Editorial Ariel S.A.
- Vico, Giambattista (1978) Principios de una ciencia nueva en torno a la naturaleza de las naciones. México: Fondo de Cultura Económica
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Parte V
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Versión inglesa / English version
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Imagen de creación propia