Medicamentos y Paredes Blancas
Sucede algo terrible en los países en crisis... y es que la gente muere.
Muere antes de tiempo.
Aquí, en Venezuela, la escasez es el día a día... y entre tantos problemas este es, sin duda, el más grave.
Correr de un hospital a otro para que no te reciban porque "no hay cama" y, si te reciben, no hacen nada ya que "no hay medicamentos" y, más pronto que tarde, ni habrá quien te vea, pues "no habrán doctores".
Hablaré primero desde el punto de vista de los médicos, como profesionales que se formaron con la intención de salvar vidas, quedarse con las manos cruzadas ante una persona enferma o herida, por no tener las herramientas ni antibióticos para tratarlo es, entre otras, una de las peores cosas que pueden vivir. El sentimiento de frustración debe ser enorme.
Entonces se van.
Se van por eso y otras razones obvias... les afecta la economía, la inseguridad, la salud de ellos mismos y de sus familiares, etc.
Hablaré ahora desde el punto de vista del paciente, o de un familiar de algún paciente (pues me ha tocado ser esto segundo).
Existe desesperación y duda.
Entonces cuando sabes que, esta la es la situación y no puedes cambiar nada... y tienes que ponerlo todo en manos de Dios porque, aunque el hombre podría hacer más, todo está trancado para que no se pueda aquí y ahora.
Saber que si algo malo ocurre pudo no haber pasado si tan solo...
Si tan solo no fuese tan costoso...
Si tan solo se consiguiese el antibiótico...
Si tan solo... tantas cosas.
Y entre las paredes blancas de un hospital cualquiera se escriben historias llenas de lágrimas tragadas.
Pero también entre estas paredes blancas siguen personas intentando ayudar.
Personas que creen, que dan, que ofrecen... sus manos, sus conocimientos; esperando que, de alguna forma, esto se vuelva suficiente.
...
Dije, en mi primer post, que iba a escribir una especie de diario con matices ficticios, y hasta ahora creo no haber contado nada muy personal.
Mi papá enfermó hace unos cuantos años.
Estuvo hospitalizado... necesitaba una operación.
El neurocirujano que lo atendió se portó excelente, en esos momentos la salud pública no era mala (un poco más lenta e incómoda que la privada, pero de calidad).
Él salió muy bien y mejoró, por un tiempo corto.
Luego empeoró y no se pudo hacer nada.
Pero de nuestras manos no quedó... ni en las suyas tampoco.
A veces me pregunto... si esa situación se fuese presentado en este panorama ¿qué habría hecho? Yo fuese muerto por pensar que SI se podía hacer algo que no se hizo, que él estaría bien si hubiésemos encontrado tal medicamento, si le fuésemos pagado tal examen, si lo fuésemos llevado a tal lugar... Igual morí, claro, morí con él; pero de alguna forma el "si tan solo..." creo lo empeoraría todo, y pensar que es posible ya lo hace impresionante, doloroso.
Ruego a Dios por salud.
Por salud para todos.
Y para Venezuela, mi pedacito de tierra con nombre de mujer... que está enferma.