MÁS NUNCA... PERO MÁS NUNCA
Una de las características más resaltante de las comunidades de la zona donde trabajaba como maestro rural era su afición al baile y a la música de Joropo Central o aragueño y los instrumentos musicales eran el Bandolín, El Cuatro, una Tambora y el cantante. Por más lejos que fuera el baile como le decían acudían gente de todas partes , no importaba la distancia con tal de pasar un buen rato valía la pena la caminata, l.os bailes siempre comenzaban a las seis de la tarde y terminaban a la seis de la mañana al principio eso me llamó la curiosidad y al preguntarles me respondieron que nadie caminaba de noche desde que se ocultaba el sol hasta que amanecía por eso la costumbre y por propia naturaleza los lugareños era músicos natos y por cualquier motivo comenzaba un baile de inmediato.
Una noche estabamos hablando un grupo de personas en la casa de Martín Montes y se me ocurrió decir - porqué no ponemos un baile para finales de Mayo aquí en Guanaire?- no había terminarlo de decirlo cuando ya me habían tomado la palabra y Martín dijo- yo arreglo el piso de tierra de la sala de la casa- dije- pago el músico- Pedrito Bravo comentó- yo pongo el arroz para darle de comer a la gente- el morocho Nieves dijo-pongo el aguardiente- bueno, estaba todo arreglado y los responsables eramos Martín, Pedrito, Morocho y yo,
Por fín llego el momento y comenzó la música mucha gente bailando y otros afuera bebiendo y hablando, como a eso de la medianoche se formó un pleito y salieron a relucir los cuchillos al aire que la gente siempre cargaba por ser campo, mi sorpresa fue que uno de los que peleaba era Pedro Bravo con otro que tenía un pique viejo con él, lo llamaba y no le hacía caso a nadie y lanzaba cuchilladas al aire y me acuerdo en forma muy clara que brillaban con el reflejo de la luna y en todo este embrollo me decía más - nunca pero más nunca se me ocurre hacer otra vez esto- porque si pasaba algo tendríamos que caminar por las montañas como ocho horas para llegar al pueblo a dar declaraciones y ocho horas de regreso que más castigo para nosotros, esa fue una experiencia muy fuerte menos mal que no pasó nada y mientras esto sucedia la gente no dejaba de bailar adentro.
A pesar de todo fue una bonita experiencia.