De pies a cabeza | Undécimo capítulo
CAP XI; 5:59am
Habitualmente nos llamamos después de la dos, pero no en ese momento, no tenía ganas de hablar, no tenía aliento tal vez. Me sentía de alguna forma sola, aunque no lo esté. Me llamaste en voz desesperante de qué me pasaba, por qué andaba tan callada y seca a la vez, y es mi culpa por tratarte así tan miserable.
Lo siento, aterrizaron mis pasantías pasadas, dónde los otros preparaban sus maletas para conquistar a otro corazón.
Me siento nada normal, tengo muchas pesadillas de noche, que asechan a muchas suposiciones, que aluden a tristezas profundas, y que el corazón lata mucho más fuerte.
Si me vieras como estoy ahora, te juro, que no me dejarías en un tiempo de soledad.
Qué vas a estar abrazándome sin que yo te lo diga.
Qué tengamos un espacio de charla, y te cuente todos mis temores y que tú me cuentes los tuyos.
Qué vas a tener ganas de besarme, hasta que quiera que paremos.
Qué no habrá otra aurora, en la que no quieras dejar el sudor expandido por mi cama.
Qué no me volveré a sentir sola, porque contigo sé que puedo confiar, que puedo ser yo misma, que no hay mayor medicina que la felicidad y que nuestro amor.
Quizás te suene raro, pero siempre guardo tus cartas viejas, debajo de mi almohada, porque allí reposan tus sueños sobre los míos.
Dios mío, ojalá nunca cambies cariño, eres tan perfecto así tal cual eres.
Escrito por; @andreiss