¡Huye!, ¡huye!, escucho sin parar
entre cuatro paredes,
abrumada y desconsolada,
en el profundo y doloroso silencio,
que me agobia día a día
mi corazón grita de melancolía.
¡Huye!, ¡huye!, escucho sin parar
Ellos un día sus cuerpos fundieron,
con amor me concibieron,
sólo nueve meses pasaron,
y en sus brazos me arrullaron.
Ellos una canción de cuna entonaban
y dulcemente susurraban
niña tierna, niña hermosa,
eres lo más sublime
que la vida nos ha dado.
Pasaron los días, los meses y los años,
algo súbitamente fue cambiando,
ya no soy la luz que ilumina su existencia,
las palabras dulces y delicadas
se transformaron en gritos y maltratos,
confundida y asustada,
día a día me aturdían,
sin respuestas me encontraba.
¡Huye!, ¡huye!, escucho sin cesar,
Mi ausencia, ellos no notarán,
no me escuchan, soy invisible,
su maltrato lastima mi corazón
y no saben cómo duele.
¡Huye!, ¡huye!, escucho sin parar.
En este instante quiero escapar
a un lugar donde haya amor y comprensión,
donde me escuchen sin juzgar,
que me acojan y me arrullen en sus brazos,
recuerden que soy el mismo ser
que un día les trajo felicidad al nacer.
> Fuente de texto de mi autoría. Imagen Pixabay
Congratulations @anaparedes! You received a personal award!
You can view your badges on your Steem Board and compare to others on the Steem Ranking
Vote for @Steemitboard as a witness to get one more award and increased upvotes!