Orbis, La Caldera - Relato Corto

in #spanish6 years ago (edited)

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La Caldera

El transporte se deslizó emitiendo su ronco suspiro durante varios minutos, antes de detenerse bruscamente, al abrirse las puertas un intenso golpe de calor se dejo sentir desde el exterior, a la vez que un profuso olor a huevos podridos inundaba todo y un hipnótico resplandor ámbar se asomaba por las puertas.

-Si no se han puesto el casco y la mascarilla, háganlo de inmediato – se escuchó decir a Rivas.

Isaías pudo ver como a dos filas delante de él, Hilbert uno de los trabajadores nuevos de los bloques inferiores, de forma apresurada y temerosa ajustaba aun más las correas de su mascarilla, a la vez que se ponía de pie, - No importa que tanto aprietes la correas, el resultado es el mismo – pensó, a la vez que el también se ponía en pie, para dirigirse a la puerta más cercana, de las dos que se encontraban a su izquierda. Le correspondía ir al sector 8, el más lejano de ese nivel, por suerte era de los que se encontraba más lejos de las entradas de los extractores, así que el vaho era menos denso ahí, por efecto de las corrientes de aire, y se podía ver mejor, aunque igual sería una locura quitarse la mascarilla.

Bajó del transporte y se dirigió apresuradamente a su estación, estaba encargado de operar una de las grúas que movían los crisoles donde se vertía el material fundido que salía de los hornos, que estaban en el nivel inferior. Ya tenia ocho meses en ese puesto, por suerte había logrado salir ileso de la caldera, como llamaban al nivel inferior. Todos los obreros, con calificación de técnicos, empezaban en los hornos, al menos en esta planta procesadora, él había pasado año y medio en la caldera y por suerte sólo había sufrido una que otra quemadura menor y las comunes y recurrentes infecciones en los ojos y la garganta.

A medida que se alejaba del transporte empezaba a sentir cada vez más el calor que atravesaba la suela de sus botas hasta la planta de sus pies, Orbis decía que las botas estaban especialmente diseñadas para soportar la temperatura del piso, pero nunca decían que no aislaban completamente, los más de cien grados a los que se encontraba, en una ocasión se resbalo y cayó apoyando las palmas de las manos desnudas y sufrió serias quemaduras, que tardaron semanas en sanar por completo.

Desde su estación, podía ver la puerta del elevador que llevaba a la caldera, cada hora subía un turno de trabajadores y otro lo reemplazaba, en este momento un grupo de unos veinte obreros, se disponían a bajar, estaban ataviados con los respectivos uniformes plateados, que les hacían parecerse a aquellas antiguas fotografías de hombres caminando por la Luna, vestigio de aquellos tiempos en los que la exploración espacial fue motivo de orgullo de países hoy desaparecidos.

De primero en una de las filas, de cara a la puerta, pudo distinguir el rostro de Hilbert, el joven del transporte, quien apenas tenia una semana de haber empezado a trabajar, después de una temporada en las instalaciones de entrenamiento de Orbis, posiblemente ya se había dado cuenta de que, lo que le enseñaron en el curso de operador, sólo le servía para operar el horno, pero en nada le ayudaba a sobrellevar las duras condiciones de trabajo en la caldera.

Para Isaías el trabajo era monótono y aburrido, pero por mucho, mejor que estar en la caldera, los turnos de una hora, con dos horas de por medio de receso, aun cuando eran menos horas de trabajo al día, eran lo peor que podía haber. El calor en la caldera alcanzaba los ciento cincuenta grados y en las proximidades de los hornos fácilmente superaba los mil grados, ni los trajes podían salvar a alguien de ser incinerado, si se acercaba demasiado a un horno. En una ocasión vio como un tipo que conocían como Lester, por caminar descuidadamente por la ruta que siguen los crisoles, fue golpeado por uno que regresaba después de descargar el material fundido, el golpe lo lanzo a unos cinco metros de la puerta de uno de los hornos que se encontraba abierta para descargar material, el traje se empezó a incendiar apenas cayo al suelo, no hubo manera de rescatar el cuerpo hasta que la puerta del horno estuvo nuevamente cerrada.

A veinte minutos de haber iniciado el nuevo turno en los hornos, la sirena de emergencia se dejo escuchar por todo el lugar, al parecer uno de los obreros encargados de asegurar los frenos de los crisoles cuando regresaban para recargar, había tropezado y caído en el camino de uno, según supo, una de las ruedas del crisol había cortado la pierna del tipo bajo la rodilla.

-Con el tiempo, este tipo de incidentes empiezan a dejar de tener importancia – pensó Isaías al enterarse, - mientras más tiempo estás aquí, te vas acostumbrando a que la gente se lesione –

El resto de su turno de ocho horas terminó sin ningún otro incidente, ya de regreso al transporte se encontró a un grupo de los obreros del nivel inferior que comentaban lo sucedido.

-Estaban ustedes cuando paso lo del amputado – le pregunto a uno de ellos, que según decía en su overol se apellidaba Mota.

-Sí – respondió – el tipo estaba asegurando la palanca del freno y al parecer el freno atrapo su traje, intento liberarse, pero el otro crisol llego antes de que pudiera, y le aplasto la pierna.

-Y, ¿qué hacia asegurando la palanca cuando venia un crisol en camino? – le pregunto Isaías.

-Quien sabe es un tipo nuevo, - dijo el otro tipo cuyo apellido era casi ilegible - creo que nunca había operado los frenos, desde que llegó, sólo había estado limpiando los filtros de los aspiradores, apenas hoy lo pusieron a hacer eso –

-Sí, no hemos tratado mucho con él – interrumpió Morales – es un tipo un poco lento, se llama Hilbert, creo que vive en la sección veinticuatro, su padre es el dueño de un pequeño puesto de comida.

Isaías se despidió y se apresuró a subir al transporte, de regreso al bloque de apartamentos sólo un pensamiento rondaba en su cabeza – No importa que tanto aprietes las correas, el resultado es el mismo -.

Texto original de @amart29, Barcelona, Venezuela, agosto de 2018

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  1. Orbis, El Abismo

Espero que este breve relato haya sido de su agrado, agradezco sus comentarios y opiniones.

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Excelente relato @mart29, te deja ávido de seguir leyendo y conocer mas sobre Isaías y sus vivencias en Orbis. Gracias por compartir y mi apoyo desde el #topfive de #steemfamilyhi

Gracias por tu apoyo @francyrios75, me complace que te haya gustado

Excelente @amart29!! Muy buen relato!!
Saludos y mi apoyo desde el #Top5 de #steemfamilyhi

Gracias por tu apoyo @palomot, me alegra que te haya gustado

Apoyado desde steemfamilyhi

Gracias por tu apoyo @polanco

Buena historia, te deja en suspenso.

Gracias por tu apoyo @hgalue, que bien que te haya gustado

Dejando mi aporte, saludos desde #steemfamilyhi.

Gracias por tu apoyo @blanca56

Muy buen post amigo, apoyando el #topfive

Gracias por tu apoyo @adeljose, que bien que te haya gustado

Envolvente! Buen relato. Apoyado desde #topfive de #steemfamilyhi

Gracias por tu apoyo @caths

Que buen relato, espero mas de Orbis y sus trabajadores.

Gracias por tu apoyo @yurilaya, que bien que te haya gustado