Julieta Victoriosa capítulo III
A merced de su piel
La veía entre palabra y palabra
Un suspiro lograba arrancarme,
Perdido como un ángel sin alas
Esperanzado en que alguien volverá a amarme.
"Poco sé de usted, y a la vez todo" dijo
"Sepa que me llamo Eduardo, he cambiado de ciudad",
Me asombra sus palabras tan profundas;
"He llegado aquí por la bondad".
Los caminos del amor son tan frágiles,
Se vuelven oscuros, tan distantes;
Con dulzura me responde: "te equivocas,
El amor renace entre los amantes".
"Acaso, es su experiencia la que habla
O solo me lee como un libro"
-le digo lo que aprendí de amistades
Lo que he sentido y descubierto-.
Seamos entonces la oportunidad
De borrar un pasado de decepciones;
No creo que Dios juegue a los dados
Traspasemos el umbral de emociones.
Con mirada funebre que estalla los sentidos,
Junta sus manos y roza mi brazo;
"El pasado no olvida su sentir,
Es capaz de destrozar como un balazo".
El clima se vuelve total asombro,
Porque hablará así esta dama,
Que oculta tras su voz y sus encantos
Es el rencor a los hombres que reclama.
Su risa traspasa la juventud
Ferviente estoy ante su dulzura,
-no vale la pena recordar los daños;
Son venenos llenos de amargura.
Somos culpables si caemos al alba,
Si sucumbimos ante la tentación;
Ver a un hombre suplicar por un cuerpo,
Diferente al de su llamado "amor".
-Sea usted consciente mi querido Eduardo
Que a los hombres solo les basta verme dos veces,
Una para desear estar a mi lado,
Y otra para que empiecen a hacer estupideces-.
He de añorar sus palabras si se vá,
Más su figura queda en mí como un retrato,
Deseo volver a verla una vez más
Conquistar su boca es lo que trato.
-Sé que te veré de nuevo Eduardo,
Lo celestial ajustará cuentas contigo-,
Se despide con beso de sirena,
He hecho temblar mi ser como castigo.
La más sutil de las amenazas fué
La cúspide y el delirio se mezclan
He de estar a merced de su piel
Hasta que sus labios de miel me pertenezcan.
Sentí el poema cómo mío. Indudablemente hermoso.
Mucho éxito, apoyando la cultura.
gracias pana, la verdad que me inspiré cuando lo escribí jeje.