La Fuente: Bienvenido a casa. (Historia)
Un día no despiertas más.
Verás tu cuerpo inerte postrado en tu cama, demasiado vacía, demasiado fría. Te lamentarás entonces porque se te ha acabado el tiempo. Te sorprenderás cuando tus arrepentimientos sean más por cosas que dejaste de hacer, que por cosas que sí hiciste. Lamentarás haber callado por necio y cobarde, lamentarás haber retrocedido por inseguro, lamentarás no haber amado lo suficiente.
Y así te darás cuenta de que en eso se resume la falta de vida: oportunidades perdidas. Le diste demasiada importancia a cosas sin valor, no supiste apreciar los detalles hermosos que te brindaba cada despertar. No supiste entregarte por completo hasta perderte. Viviste a medias. No sufriste demasiado, pero tampoco reíste demasiado, y definitivamente no amaste lo suficiente. No amaste lo suficiente. No amaste lo suficiente. No amaste lo suficiente.
No tuviste el coraje suficiente para quedarte y soltar, no quisiste perder, evitaste el dolor a toda costa, y evitando el dolor esquivaste el propósito de tu vida. Que no, no era sufrir; el dolor es un efecto secundario, como el frio consecuente de bailar bajo la lluvia.
Tu amor humano estuvo vetado con matices grises, pero esa era tu única misión. Y hay un eco ahora que resuena en lo poco que queda de ti. No, nunca habrías amado lo suficiente, no te alcanzó la vida. Tendrías que ser inmortal para entregar todo lo que tienes por dar.
Y ahora que te ves inmóvil e incapaz afuera de tu propia carne, entiendes el dilema, y te das cuenta de que sí, eso es lo que eres: inmortal hasta que hayas entregado hasta la última gota de tu amor universal. Entonces y solo entonces, podrás salirte de este ciclo de locura interminable en el que te gusta revolcarte haciéndote la víctima.
Pero entonces despiertas.
Y ya sabes lo que tienes que hacer.
Pestañeas una, dos veces. Y decides que solo fue un muy extraño sueño. Te levantas de la cama, te tomas tu café, y todo sigue igual en su lugar.
Y estas son tus opciones: ignorar todo lo anterior, o de hecho empezar a vivir, que no es más que empezar a amar, esta vez de verdad, despierto, consciente, aceptando tus grises, y sintiendo cada latido de tu corazón como algo nuevo.
Entiendes las flores en tu pulso, las espinas en tu alma, los dragones en tu estómago. No eres ningún Ser ordinario. Eres una máquina perfecta y mágica con un propósito único: amar lo más que puedas, lo mejor que puedas, hasta tu último aliento. Y aún entonces. Aún después.
Cuando todos tus átomos sean parte de otras estrellas, cuanto tu espíritu explore otros mundos y otros universos, amar, y solo amar, hasta volver a la fuente del amor mismo, y entiendas por fin de que se trata todo esto.
Tú eres La Fuente, y siempre lo has sido. Eres Amor, y siempre lo has sido. Y todo este viaje no fue sino para que recordaras algo que olvidaste en el momento en el que cada partícula se dispersó creando así la ilusión de la separación.
Tantos trillones de años, y lo que buscaba el Multiverso era un simple beso honesto, un re-encuentro de todo el polvo cósmico esparcido en este orden absurdamente perfecto pero holográfico. Un simple beso entre almas, volviendo al primer latido que detonó la explosión máxima creadora de la existencia.
El latido del Amor.
El amor es sinceridad, el amor es la fuerza que une todo, lo envuelte y lo nutre... como la fuerza, y esta es fuerte en ti, sin miedo a sentir.
No amaste lo suficiente. No amaste lo suficiente. No amaste lo suficiente.
Me encanta como escribes, se nota que le pones corazón a todo. Es un gusto leerte.
Gracias por leer <3 me alegra que lo disfrutaras.
Bonito poema, bonita ilustración. Me encantó, resposted.
Hermoso
Demos love a toda la gente, el universo en un latido
Esta es uno de los escritos más perfectos que he leído! Sigue con el buen trabajo!