La imaginación sociológica
Charles Wright-Mills, sociólogo estadounidense y acuñador del término Imaginación sociológica.
Escribir sobre esta facultad es una situación compleja porque no es una facultad sociológica sino del estudio, y/o reflexión, social. Esto quiere decir que la imaginación sociológica puede encontrarse en una obra sociológica como puede encontrarse en La democracia en América de Alexis de Tocqueville, e inclusive en la literatura de Dickens, o en la crítica de Swift. Esta facultad, en los términos en la que es descrita por Wright-Mills, tiene múltiples niveles. En el capítulo La promesa delimita con agilidad a esta facultad y el resto de los capítulos son formas desarrolladas del trabajo sociológico, o no, que hagan uso de esta misma facultad.
La primera lección que nos describe Mills es que "la imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado a la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos" (1985:25). Esto nos sitúa en la situación de comprender la circunstancia histórica en dos niveles que en el sentido común son contradictorios: en primer lugar es situar al individuo en la limitada capacidad de comprender su experiencia en el tiempo que le ha tocado y, en segundo lugar, que se analiza a sí mismo en relación con los otros sujetos que comparten la circunstancia histórica. A la primera relación Mills la llama "captar la relación entre la historia y la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad" (1985:25-26).
Las preguntas clásicas de la teoría social, o también invertible como las preguntas de la teoría social clásica, nacen de esta intersección entre biografía e historia, entre individuo y sociedad. Los tres conjuntos de preguntas descritas por Mills como las preguntas de la teoría social clásica se pueden resumir en tres grandes problemáticas: 1) La organización social, 2) La integración social y 3) La estructura social. La imaginación sociológica al ser la facultad que facilita, o permite realizar, la comprensión de la, y la pregunta por, la intersección entre biografía e historia, y entre individuo y sociedad, resulta ser la facultad que permite saltar entre niveles e individuos. Entre un agente de seguridad de un supermercado a un análisis de un ministerio. El ejercicio de la Imaginación sociológica es justamente el de poder comprender el escenario histórico en múltiples niveles pero también en poder comprender como se interrelacionan.
Esta facultad mental es importante para también poder hacer abordajes desde perspectivas diversas porque la imaginación sociológica es una herramienta que parte de una premisa que podemos dejar en términos Orteguianos: no es posible escindir al Yo de la circunstancia más que analíticamente. Pero en términos de la concreción histórica es una interrelación. ¿Cómo el devenir histórico ha configurado que yo sea como soy y no de otro modo? Es una pregunta clave del individuo que se descubre hecho por la historia. El individuo que se hace a sí mismo no es que sea falso sino que sus posibilidades de autorrealización están en cómo este sujeto se hizo a sí mismo con las posibilidades, e imposibilidades, de su tiempo. La facultad que permite hacer esta comprensión es la imaginación sociológica.
Fuente:
Wright-Mills, Charles. (1985) La imaginación sociológica
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