JULIANA
Mil ecos de ondas rondan sus cabellos,
para hacer la sinfonía perfecta, a oídos calmados.
Sus brazos abiertos a la nada, abrazan a la tierra,
seduciendo al viendo con su tierno canto.
Quiere capturar hasta al respiro,
por si acaso algún día olvida;
revivir en la nostalgia, de una foto en blanco y negro,
el sentir de que aun no ha muerto,
como las aves que tiritan en la fría llovizna.
Mil ecos de onda guarda el sueño, de la vida en ser vivida;
sin la atadura de la neurosis, de los semáforos y los atascos.
Mil ecos de ondas nacen de su cuerpo, una tonada de luna llena,
esperando ser encontrada en un día cualquiera.
FOTOGRAFÍA: JULIANA