El dédalo
Vi tu halo entre las sombras pasear indemne, sano y salvo, salvo y sano en el infierno que nos envuelve...Vi tu luz oscura entre las luces ennegrecerme, tu vuelo raso sobre las brumas, tu vuelo subterráneo bajo las nieves...
Siento tus pasos encadenados a mis pasos presos de tenerte, presos ambos de nuestros vahos; prisioneros poseídos entre la gente.
Sombras frías, frías velas encendidas,
llamas negras de luces opacas,
túneles profundos de cóncavas esquinas
¿juegan a la muerte las traidoras parcas?
Tan cerca como uno, nuestras vidas,
tan lejos como ciento, nuestras almas,
tan cansados de luchar contra esta vida,
que preferimos perderla que cercarla.
Lejos en el abismo Tártaro,
allá dentro de mis antros tuyos,
derrites la nieve con la mano...
sobrevuelas los altos muros
y persigues mi mente entre los dédalos
de mi averno intrincado y profundo.