Resucitar a un ruiseñor
He dejado de quererte
como quien deja un cigarro a medio fumar
sabiendo que era el ultimo.
No tengo recuerdos de otra
solo tú,
de ti,
tus crímenes y mi culpa.
Has vuelto a despertarte con la cama empapada
y el corazón seco;
se me han vuelto a olvidar todas las palabras
que necesito para dejar de pensar.
No has sabido mirarme y yo no he sabido verte
hasta que me has soltado la mano mientras mi cuerpo*
colgaba del precipicio
al que solo me asomé
porque me lo pediste tú.
*Solo ha quedado de mí el corazón que,
ensangrentado,
te ofrecí
sin pensar que jamás te llevarías.
Tú estás entero
y te sobran mis latidos;
a mí me sobra el resto.
Imagen de SelebroVerleBueno