Apuntes para aprendices de poetas
La poesía se niega a los preámbulos, a los principios, a los métodos y a las pruebas
No obstante, creo en los intentos de acercarse a la poesía con cierto orden (desordenado), con ánimo de estudiarla siendo quizá uno de los más sublimes y apasionantes objetos de estudio; y creo, tomando en cuenta la poesía que a veces sin quererlo, emana de esos intentos reflexivos o explicativos. Así, en este post, pretendo compartir lo que llamo "Apuntes para aprendices de poetas", que no son más que notas, lecturas, citas y fragmentos que llegaron a mi principalmente a través de varios talleres de poesía que cursé de la mano del poeta Carlos Ildemar Pérez. Asimismo, pretendo compartir un poco esa experiencia, cuya dinámica es muy diferente a la de una clase tradicional.
Cuando el "profe" -como odia que lo llamemos- inicia los talleres, recalca que no vamos a ser simples espectadores u oyentes, que así como en los talleres se usan herramientas como martillos y otros, en ese tipo de talleres, la herramienta será la palabra y con ella tendremos que lidiar hasta lograr un producto, que se destazará (literalmente), mejorará o modificará, mezclando o intercalando líneas, seleccionando las más poéticas, o bien acortando o recortando la extensión de los textos, entre otros menesteres.
Entonces, en los talleres de poesía no se va a mirar sino a trabajar, y particularmente con el "profe", a los veinte minutos de iniciar y luego de una introducción más personal que académica, aunque siempre partiendo de autores importantes, ya estás lidiando con la primera actividad o reto poético.
Después de tantos talleres (nunca demasiados a mi modo de ver), aún me sorprende con sus retos siempre renovados, exigiendo un nuevo enfoque, a veces aparentemente impensable, que no permite que el tallerista se apoltrone cómodamente en un sillón de aprendiz consumado o estrella literaria, por ello, el trabajo, la práctica y la experiencia misma de cada sesión, merece la pena.
Lo más interesante de estos talleres es el tipo de personas que se anotan en la actividad, gente no siempre vinculada profesionalmente con la literatura, que no busca una acreditación formal, sino que está allí por amor, por pasión, sencillamente porque necesita escribir. Eso hace que el auditorio este integrado por verdaderos creyentes, pero además que sea plural, interesante y divertido. Las edades son también diversas, sumando otro ingrediente enriquecedor.
En los talleres siempre tenemos “promesas de Rimbaud”, que no sólo sorprenden, sino que hacen que nos preguntemos como esa profundidad poética puede estar dentro de cuerpos aún en formación, porque la poesía está donde quiere estar, no precisa de títulos ni de la mayoridad.
Ahora bien, entrando ya en materia, consideremos algunas cuestiones básicas, aplicables quizá a toda creación poética:
• Hay poemas muy frágiles, débiles poeticamente, que no pasan de ser un pretexto.
• En poesía no hay copia.
• No hay azar en el poema sino sistemas de ingenio o ejercicio.
• Crear es esforzarse para que aparezca algo, pero también es pensar espontáneamente, sin razón.
• No busques entender el poema, a lo sumo, sentirlo.
• Evita palabras congeladas, momificadas.
• Lucha contra lo sabido y el significado previo.
• Busca palabras cargadas de mas significación.
• La poesía amerita ensimismarse (el poeta vive ensimismado).
• El autor de un poema es el lenguaje.
• Despierta al universo de las imágenes, sin volcarte al camino fácil del surrealismo.
• La temperatura del poema debe subir.
• Embellecer el poema es darle poder al combinar las palabras. Embellecer a “la maquina” como plantea Octavio Paz.
• Lo importante no es el mensaje sino lo indecible.
• Un poeta no comunica, problematiza el lenguaje y todo objeto del poema, lo poematiza.
• Un poeta no explica el poema, sólo suma poema.
• La poesía no cierra el pensamiento, por el contrario, es el pensamiento que más permite pensar.
• La naturaleza del poema es contundente, no tiene dudas, sin embargo, es inocente.
Dicho lo anterior, cabe preguntarse, ¿Qué necesita un poema?
- La visión de un universo
- El secreto (no lo obvio) de un alma
- Un ser
- Unos objetos
Y, también:
- Una sorpresa
- Un salto al vacío
- Una contemplación, siempre es fundamental
- Una revelación
- El éxtasis: un antes y después del poema
- Un misterio
Es oportuno practicar con apreciaciones o planteamientos poéticos, con la combinación de metáforas más algo de humor. También practicar aforismos, valerse de ellos, y de adagios, que son una combinación de la filosófica y poética.
Espero que estos "tips" sean de utilidad para el oficio, intenten incluso reconocerlos en sus lecturas, no olviden que leer es la principal herramienta del poeta. Prometo ampliar esta publicación, esto es, compartir otras anotaciones.
Este post sencillamente nace de mi alma y aunque no resulte de los más votados ni produzca un steem dólar, ya es valioso para mi. Gracias por leer.