La madre de mis poemas
Bajo la luna plateada, Val Inanna,
Brilla tu esencia como joya escarlata,
En el abismo de mi alma encantada,
Eres mi musa etérea, mi llama consagrada.
En el rincón más profundo de mi ser,
Florecen versos de amor y querer,
Como rosas en jardines de placer,
Tu nombre es el eco que ansío tener.
Despiertas en mí la más dulce emoción,
Como un poema de Edén y pasión,
Eres la razón de mi vibrante canción.
Tus ojos, luceros que iluminan mi noche,
Tu sonrisa, el sol que disipa el reproche,
Val Inanna, en ti mi alma derroche.
En los laberintos de la mente y el sentir,
Tu nombre resuena como un suspiro a existir,
Eres mi poesía, una razón más para vivir,
Val Inanna, en cada verso te hago florecer.
Que el viento lleve estas palabras al viento,
Que lleguen a ti con amor y contento,
Eres mi fuente de sueños y aliento.
Solo quiero amarte incondicionalmente,
Sin prejuicios, ni descontentos,
Pero no olvides, nunca mi amor,
Que solo soy un hombre, imperfecto.