Esta noche puedo encender
duchado en las nubes equinociales
Lo haría por la paloma en la que bebes.
por los caminos de opia opiaque opaco que has vuelto
mejorando de amargo zafiro
si no fueras el limón la luna inmutable
Cocineros, espolvoreando su azúcar.
a través de la selva
la magnolia conservando de mi nariz
Pisáis las alturas como en una división de confianza.
Abrimos las mitades de un fenómeno y el
lavado de cerebro de palomas
cruje en la espesura afluente
El insoportable cangrejo se moja detrás de las manchas celestes.
En medio de las sombras apagadas del miedo marino al dominio.
No el momento marino
cuando la noche besa las velas
Quiero que te relajes en mis uñas
El marinero sonríe a la mujer.
pero la madre no sonríe
cuando mira al primo cangrejo
y el océano atroz,
costuras azules sobre un milagro brutal
Gránulos de un tren pútrido.