Bolívar, pensamiento libertador...

in #pensaasn2 years ago

image.png

El pensamiento pedagógico emancipatorio nuestro Americano
Si bien es cierto, el pensamiento latinoamericano se define como la filosofía, la forma de vida que conduce, motiva o divide a los latinoamericanos haciendo la distinción con el resto del mundo, además de buscar encontrar la transcendencia del ser latinoamericano a fin de proteger y velar la cultura. Desde el punto de vista ontológico, está enmarcado desde el Americamismo filosófico del siglo XX donde es promovida la identidad nacional o continental. Desde el punto de vista histórico éste busca la comprensión filosófica de la historia de América Latina y la formación de una historia de las ideas del continente. Por último desde el punto de vista liberacionalista es conocida como “Filosofía de liberación”, donde se reflexiona acerca de las condiciones para la emancipación política, económica y cultural de los pueblos latinoamericanos, entendiéndose la emancipación como la liberación de cualquier clase de vínculo de subordinación o dependencia de una cosa frente a otra que también puede asociarse a la recuperación de la libertad, la potestad o la soberanía para tomar decisiones o actuar y determinar el destino propio. Para Karl Marx, la emancipación social se podría obtener cuando nos liberamos de las relaciones de dominación o que obligaba el sistema capitalista. Por su parte, la emancipación política hace referencia al proceso mendiante el cual un país o nación rompe con sus vículos de dependencia política y administrativa frente a otro Estado, ante cuya autoridad estaba sometida con el objeto de conseguir la autonomía para gobernarse y administrarse. En este sentido, los procesos de emancipación fueron los que vivieron las colonias americanas ante las potencias europeas, entre el XVIII y XIX, razón por la que América Latina se vió reflejada en la construcción histórica de un pensamiento pedagógico latinoamericano desde lo socio cultural y político vinculado directamente en la proporción de un proyecto político emancipatorio en el ideario de consolidación de un continente libre; es por ello que Simón Rodríguez y Simón Bolívar proponen que la Educación se debe articular a una propuesta política anticolonialista y emancipadora. En su legado, Simón Rodríguez y José Martí impulsaron un amplio debate acerca de la educación como vía primordial de construcción de nuevos paradigmas emancipatorios para la coyuntura política latinoamericana. Asimismo, los movimientos históricos de resistencia del continente vinculados a la lucha por el derecho a la Educación, basaron sus acciones políticas y sus demandas en los aportes de estos pensadores, sumados a de otros contemporáneas que igualmente pensaron sus realidad en un activismo político.
Todo ello arredece a comprender la existencia en la conformación del poder. De ahí, surge la ruptura con los modelos colonialista e imperialista de educación impuestos históricamente a nuestros pueblos, cuyo enunciado equivalía a la consolidación de formas explícitas o implícitas de dominación política. Una de las vertientes del diálogo con la trayectoria del pensamiento latinoamericano, plantea la necesidad de una deconstrucción de las categorías que han permitido interpretar la historia de la educación en la región, sobretodo en la escena fundadora de nuestra educación y sus fines políticos para la conquista de América Latina. Además, existen destacados lalatinoamericanistas como José Martí, Luis Beltrán Prieto FIgueróa, Paulo Freire, entre otros que dedicaron sus reflexiones, praxis pedagógicas, y labor política, reconociendo a la Educación como la importante precursora de la emancipación y de una pedagogía de la liberación. Por su parte, la educación desde la dialéctica se sitúa como elemento postulador a nuevas matices conceptuales y resignificadoras de lo educativo y de lo pedagógico como espacio donde se pueden generar una “hegenanoria alternativa”, articulando el carácter político de crítica a la coyuntura que genera problemáticas de fines del siglo en la región a fin de recuperar la dimensión teórico-práctico de la nación del Poder Popular vinculada a la lucha por la unidad de los pueblos en América Latina y en el mundo. Asimismo, la formación pedagógica emancipadora comenzó a inicios del siglo XIX de la mano de figuras como: Luis Beltrán Prieto Figueroa, Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Paulo Freire, José Martí.

  • Propone una filosofía educativa con el nombre de humanismo democrático.
  • Formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales, ubicado perfectamente en sus medios y su tiempo como factor positivo del trabajo de la comunidad.
  • Los fines del humanismo democrático apuntar hacia una educación prospectiva, en donde propiciemos una formación para la comprensión del mundo actual, el desarrollo de una conciencia crítica es vital en la formación docente.
    Simón Bolívar por su parte, aportó principales ideas educativas sosteniendo que la educación debe ser la base moral para construir una nación libre, donde el proceso educativo debe ir dirigido hacia la formación de ciudadanos amantes de la libertad y del respeto a las leyes y sus instituciones. Además, planteó que la formación del individuo debe combinar las materias dele tipo humanístico con las materias prácticas y científicas. Asimismo, la enseñanza debe adaptarse a la edad, al carácter y las inclinaciones de los niños y niñas. De igual manera, el juego debe formar parte del proceso educativo.
    Simón Rodríguez, planteaba que la formación de ciudadanos era por medio del saber. Este fue un incansable luchador en favor de la educación popular. Sus planteamientos fueron muy oirignales al punto que la transferencia de sus ideas renovadoras reflejaran a un hombre con sentido propio, diferente al contexto de su época donde el objeto de su vida es educar donde estuviese, donde pudiera hacer algo y poner en práctica sus ideas. Fue autodidacta, descubriendo que para ser maestro debería centrarse en la reflexión, el pensamiento y el saber. Además, sus ideas en torno a la educación y política, maduraron y se nutrieron del pensamiento de Martesquier. Diseñó un proyecto original basado en lo que las leyes deberían ser adecuadas al pueblo, a las características físicas del país, a la constitución, a la religión de sus habitantes, sus inclinaciones, su economía y costumbres. Valoró los lammados oficios bajos o viles. Sostuvo que instruir era educar.
    Paulo Freire concebió a la educación como proceso de conocmiento, formación política, manifestación ética como la búsqueda de la belleza, capacitación científica y ética. Además, promovió una educación humanista dirigida a investigar al individuo a la realidad nacional. Asimismo, definió la educación como una proceso destinado a al liberación y el desarrollo de la consciencia crítica. Impulsó su propio métido de alfabetización el cual influyó las renovaciones pedagógicas que tuvieron lugar en América Latina, África y Europa durante la segunda mitad del siglo XX.
    José Martí por su parte concibe el modelo educativo como una función social transformadora de las condiciones socio-culturales y económicas de la población en general. La pedagogía martiana por su originalidad fue concebida solo para latinoamericanos y tiene como centro de defensa la cultura de estos pueblos. De igual manera, concibe la educación como la vida idónea para preparar al hombre latinoamericano contra el poderoso vecino. Asimismo percibió a la educación como un derecho del ser humano y atribuía gran importancia a los sistemas educativos, planes de estudios, programas, métodos y actividades que conlleva a la formación de un hombre nuevo.
    Para concluir, podemos decir que cuando se nos plantea la descolonización del pensamiento se afirma que la colonización es el dominio de una fuerza que impone su poderío y gobierna desde la distancia tal como sucedió con los pueblos de nuestra américa, que fueron sometidos por los grandes imperios que impusieron su superioridad para avasallar a nuestros pueblos originarios. Por otro lado, la descolonización plantea una lucha férrea por la liberación y la independencia de su espacio territorial, su cultura, su gentilicio y su idiosincrasia. La descolonización del docente tiene que estar direccionada por un conjunto de acciones que permita la búsqueda apasionada de nuevas técnicas y metodologías elaboradas por los propios docentes ya que son los verdaderos conocedores de la realidad educativa, porque un docente en un país neocolonizado como el nuestro debe transformarse en un educador investigador, agitador, trabajador, fustigador, irreverente, cuestionador e intelectual orgánico según lo afirma el maestro Luis Bigott en su libro “El Educador Neocolonizado”.