Nutrición oncológica: acompañamiento integral en cada bocado

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La labor de un nutricionista oncológico supera el simple diseño de menús: implica entender cómo la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía alteran el metabolismo y el estado nutricional del paciente. Cada caso presenta desafíos únicos —pérdida de apetito, caquexia, retención de líquidos o diarreas— por lo que el objetivo principal es restablecer y mantener un equilibrio energético y proteico que ayude al organismo a tolerar las terapias sin agotar sus reservas.
El proceso comienza con una valoración exhaustiva: anamnesis clínica, evolución de peso, hábitos alimentarios y análisis bioquímicos. Sobre esa base, se elabora un plan personalizado que contempla texturas fáciles de tragar ante la mucositis, opciones hipercalóricas para quienes no logran ganar peso y alimentos ricos en antioxidantes (bayas, hortalizas verdes) para reforzar la respuesta inmunitaria y modular la inflamación.
Función y estrategias clave
Ajuste dinámico de macronutrientes: proteínas para el mantenimiento muscular y calorías para la energía
Adaptación de la dieta a interacciones farmacológicas y estado digestivo
Educación continua: enseñar a distinguir fuentes fiables y descartar pseudociencias
Enfoque multidisciplinar junto a oncólogos, enfermería y psicología
El nutricionista oncológico no abandona al paciente una vez finalizado el tratamiento activo. En la recuperación surgen retos como la alteración del metabolismo óseo, cambios en el perfil lipídico y riesgo de sarcopenia. Un plan de mantenimiento impulsa la reconstrucción muscular, regula la inflamación y promueve un estilo de vida activo y saludable.
Más allá del abordaje clínico, este especialista asume el rol de educador: interpreta etiquetas nutricionales, desmonta mitos (“light” no siempre significa sano) y fomenta hábitos sostenibles que perduren a largo plazo. De este modo, la nutrición se convierte en un pilar esencial para mejorar la calidad de vida y la esperanza de cada paciente.
Un paso más hacia la fortaleza
Contar con un plan de nutrición oncológica profesional optimiza la tolerancia a los tratamientos, acelera la recuperación y, sobre todo, ofrece un respaldo humano y científico. Para conocer más sobre este servicio, visita el perfil de nutricionista oncológico. Rúa do Valiño, 66, Baixo 4, 15707 Santiago de Compostela; ver ubicación.