Confesiones en la intimidad
No es que este queriendo librar mi responsabilidad para dejar mi conciencia limpia, ni mucho menos queriendo salvarme de la culpa… Si dejarme sólo, te hace sentir mejor en cuanto lo que respecta la búsqueda de tus sueños; aunque verdaderamente me entierres en vida, puedes hacerlo. La explicación del suicidio que cometo en este mismo instante es muy sencilla te amo y siempre te amare por sobre todas las cosas y no quiero que te sientas en la vida como una persona que nunca supo que hacer… ¡no te frustres! Quiero que seas feliz, ¡que puedo importar yo!;
_ Pe.. Pe.. Pero....;_ Es la verdad, daría mi vida por tratar de ayudarte pero desde el mismo instante en que te conocí lo he intentado tantas veces, todas fallidas, hasta pensar que soy un inútil. Pero ahora lo he entendido, necesitas estar sola para encontrarlo y quiero pero no pienso quitarle al mundo la oportunidad de ver nacer a un ser tan excepcional como lo eres tu. Además sabía desde el primer momento en que te ame, que debía aprovecharte al máximo porque no es eterno el tiempo de felicidad que da nuestro ser supremo en el mundo… ;
_ Pero… ¿Y que será de ti?;
_ No se, no lo se. Quizás continuare mi camino por la misma vía en la que me conociste… no pienses, te lo ruego, que soy un cobarde porque te estoy abandonando, lo estoy haciendo pero a la vez me he clavado un puñal, la agonía sin estar muriendo físicamente es muy terrible y el miedo lo empiezo a sentir es ahora. Como si estuviera desahuciado. Gracias por permitirme vivir tantos momentos de vida gloriosa, sin dudas los mejores momentos de mi vida; pero ahora mi misión en el mundo ha cambiado.
_ ¿Me amas?
_ Básicamente mi vida es tuya, desde el mismo momento en que me besaste. Y aunque estemos separados, y aunque tu vida cambie y tengas otra donde no haya cabida para mí siempre te seguiré perteneciendo. Te amo con todo el fuego que debí llevar para ser creado, con toda las cosas inexplicables del mundo y que comprendemos cuando morimos, te amo como las palabras inventadas por el hombre no pueden explicarlo.
_ Yo también te amo con toda mi alma.
_ No lo dudo… el problema no soy yo. El problema es que aunque me amas con toda tu alma; no te lleno por completo, siempre queda un espacio por donde se cuela una luz que aun no sabes ver y que te llama poderosamente la atención y te hace insegura… más atención de la que te da estar a mi lado. No te culpo, no puede haber culpables en este laberinto, simplemente tu tarea en el mundo es otra y fue en este preciso momento en que me di cuenta. Mas bien me alegro por aprovechar al máximo mi felicidad, la que a mi me toco es pasajera y lo acepto como tal.
_ Pero… realmente no se que hacer. La seguridad que me brinda el sabor de tus besos y el calor de tus manos abrazándome es única. Jamás me había sentido así, eso es una señal sobrenatural que me mantiene poderosamente a tu lado. Y si, tal vez no sea segura pero al final yo se que siempre estaré a tu lado sea de la manera que sea…Sus ojos denotaban miedo… a la vez soltaban una ternura que jamás pudo ser fingida. Su iris y su pupila temblaban y lentamente cerró los ojos dejando rodar una lágrima muy pequeña que rodó suavemente por sus mejillas. Fue entonces cuando él, pasó su índice derecho por sus parpados y los besó muy calurosamente. Con una curiosidad sincera la cubrió entre sus brazos, la misma que sintió la primera vez que se abrazaron.
_ Te amo Dijo el hombre. Ella abrió los ojos y entonces cruzaron sus miradas, sigilosamente acomodo su rostro para besarlo. Lo hacia con una sed impresionante. Ambos perdieron la percepción del mundo que les rodeaba y ahogaron sus vidas en ese beso. Se confundían sus lenguas, sus labios se reunían, y entonces se confundía la suavidad y la ternura con el deseo carnal de mantenerse y morir allí si era posible. Discretamente se escapaban suaves gemidos (casi felinos) de la garganta de la mujer; mientras se humedecía la sequía de sus bocas. Casi imperceptiblemente las manos del hombre ya se deslizaban por el perfecto cuerpo de la mujer. Se deslizaban suavemente antes las redondeces espectacularmente diseñadas y puestas en el cuerpo de aquella dama. Los gemidos se hacían cada vez más perceptibles, se escuchaba en su tierna voz la necesidad aclamada a ser amada. La respiración se agitaba… súbitamente en medio del deseo se paralizó el contacto entre sus bocas y fue cuando el hombre tomó de la cintura a su compañera y le dio la vuelta entre sus manos, de manera que ella quedo de espalda a él. Acoplaba perfectamente la forma de sus cuerpos en contacto extremo, ya que fue el siguiente movimiento que realizó aquel hombre pues se pego tanto a ella como las leyes de la física lo permitían. El freno de ambos para no caerse era la pared.
Es difícil descifrar las confesiones de un hombre en estos momentos, cuando pensamos que ellos son fríos y poco les importa el significado de estos actos. si les gusta comenten, me encantaría saber su opinión.