Alejándose del pesimismo
A menudo hablamos de las cosas que queremos de la vida. Hablamos de la casa que algún día compraremos, el auto de nuestros sueños, la familia. Pero en realidad esa conversación es solo la práctica de soñar despierto y, a veces nada más. Curiosamente, soñar despierto es una herramienta mental que nos ayuda a enfrentar nuestras realidades un poco mejor.
Solo piénsalo por un minuto aquí. ¿Alguna vez has estado en una situación estresante, lidiando con un problema para el que no tienes absolutamente ninguna solución? Al menos no uno que se puede ver fácilmente? ¿Tampoco has imaginado un resultado perfecto para resolverlo, incluso si no tiene sentido? Como ganar una apuesta, el dinero aparece repentinamente en su cuenta bancaria. ¿Cuáles son los factores desencadenantes que nos hacen sonreír? Si nada ha cambiado, ¿por qué estamos sonriendo?
Hay un pequeño truco para aprender de estos interesantes eventos: nuestra capacidad de dar forma a nuestra realidad. No físicamente, por supuesto, sino nuestra percepción de la realidad. Ahora no defiendo la idea de vivir en un mundo de delirios, simplemente estoy señalando cómo funciona esta curiosa característica mental que todos tenemos.
A menudo, debido a este pequeño truco que nuestra mente puede jugar, pienso en los problemas de una manera diferente, especialmente si son del tipo que me impide dormir. Se podría decir que estoy practicando la deshonestidad, el auto lavado de cerebro, pero la intención detrás del ejercicio mental es alejarme del precipicio del pesimismo.
En una conversación reciente con un buen amigo que está pasando por momentos difíciles. Muchas de las cosas que están sucediendo son el tipo de problemas que no se pueden evitar. La economía no es ideal, una relación que terminó son cuestiones que simplemente no pueden arreglar. Estaba tratando de explicarle la idea detrás del truco mental: la capacidad de proyectarnos a nosotros mismos con una luz positiva.
A veces se necesita muy poca imaginación para vernos a nosotros mismos superando los desafíos. Otras veces requiere mucho trabajo mental, pero el desafío casi siempre vale la pena. Pregúntate una cosa. ¿Qué podría hacer si estuviera demasiado estresado, demasiado asustado para moverme? La respuesta es obvia, nada. La nube en la que caemos, el polvo confuso que ahora llena la habitación es demasiado sofocante para que intentemos pensar.
Tal vez el objetivo del truco mental es encontrar un equilibrio emocional a partir del cual construir. Para lograr algo de claridad a fin de tomar las decisiones correctas. Sospecho que algo muy similar le pasa a la mente cuando tomamos vacaciones, y probablemente por eso parece que las necesitamos con tanta frecuencia.
Como dicen, comida para el pensamiento.