Bailar es una sabrosura
Imagen: cortesía instructora de baile
Desde que empecé una etapa de cambio en mi vida, añadí el ejercicio físico como vía de transformación. ¡Una de las mejores decisiones de mi vida! Pero, desde hace un par de meses, el gimnasio al que voy incorporó la clase de bailoterapia los días sábados. GENIAL.
Bailoterapia también la imparten entre semana pero no me cuadra por el horario, es muy tarde para mí. ¿Y qué les puedo decir? Cada sábado es una cita obligada con el ritmo y sabor de lo latino: merengue, salsa, bachata, tambor, reggaetón (sí, aprendí a querer al reggaetón). Una hora sabatina es como una hora de la mejor rumba de la semana. No obstante, la instructora tiene ese toque de energía y carisma que contagia. Eso es importantísimo.
Yo, que solo bailaba con las luces apagadas, hoy le doy rienda suelta a mis caderas, pies, brazos y cintura al ritmo que me pongan. No soy experta en baile, solo vivo un día a la vez y me lo disfruto al máximo.
¿Bailamos?
El Bailar te permitirte ser sexy, poderoso, romántico, sumiso, débil, demasiado emocional, dramático, agresivo, feliz, enamorado, triste o básicamente cualquier cosa que desees.
Constituye un buen ejercicio y por ende bueno para la salud