Bitácora del capitán | Una mañana de noche

Desperté alrededor de las 5:00 de la mañana para prepararme y salir temprano al trabajo. Era más temprano de lo usual. Al ser día feriado, el transporte público no trabajaba al mismo ritmo y debía llegar temprano.

Fuente

Desde pequeño mi madre solía despertarme temprano para que me acostumbrara cuando fuera grande, pero aún así, despertarme temprano era algo lo cual prefería evitar. Sabía que sería un largo día y con muy poco trabajo, por eso decidí meter mis crocs verdes en el bolso para poder estar más cómodo mientras trabajaba. Recuerdo que también guardé mis lentes en el bolso, esos días me había propuesto usarlos menos para descansar la vista. Luego de preparar todo, Ya estaba listo para salir. Tomé mis llaves, mi celular y emprendí mi viaje al trabajo.

Al salir ya eran las 6:00 A.m. y aún no habían rastros de luz solar. Una mañana oscura y un tanto fría que haría a cualquiera recapacitar sobre salir a caminar en la calle, a cualquiera excepto a mí en ese momento. Mientras caminaba, recuerdo que pensaba que era la única persona que andaba por la zona. No podía estar más equivocado.

Fuente

El camino hasta la estación de metro no era muy largo; sin embargo, por alguna extraña razón ese día parecía que la calle se había alargado tres kilómetros. Nada en específico cruzaba por mi mente. Solo era un día más en la rutina laboral de un joven de 19 años. En la tranquilidad del momento y a tan solo una cuadra de la estación del metro más cercana, pude escuchar a lo lejos un sonido familiar que hoy en día me hace sentir escalofríos por la parte de atrás de mi cuello cada vez que lo escucho.

Fuente

El sonido venía de lejos, pero cada vez más cerca. En tan solo pocos segundos pude notar como se acercaba a mí. Mi corazón no paraba de latir y la adrenalina aumentaba con cada segundo que pasaba. Cuando finalmente decidí voltearme para ver que se acercaba hacia mí, pude notar que era exactamente lo que me temía que era. Mi cuerpo no podía manejar la adrenalina que producía y procesaba cada momento de la manera más lenta posible. Tal como lo pensaba, el sonido era de una motocicleta. Dos sujetos en una motocicleta reduciendo la velocidad y aproximándose hacia mí solo significaba una cosa, debí haber salido más tarde.

En ese momento estaba perdido. Demasiado lejos como para correr a la estación, pero lo suficientemente cerca como para que fuera una tentación. No podía poner mi vida en juego en ese momento y debía hacer lo más razonable posible. Al alcanzarme, el sujeto que iba de pasajero se bajó de la motocicleta apurado y sacó una pistola de su pequeño bolso lateral. Apuntándome, comenzó a decirme que le diera mi teléfono y que no era un juego. Correr ya no era una opción y menos al notar que aquel hombre parecía tan nervioso y asustado como yo. Luego de darle mi celular y de notar que yo no oponía ninguna resistencia, me pidió mi reloj y mi bolso también, se montó nuevamente en la moto y no volví a ver a aquellas personas otra vez.

Fuente

Los bienes materiales los repuse con el tiempo; poco a poco y con la ayuda de grandes personas. Sin embargo, ese día perdí algo más importante. Ese día perdí el poco sentimiento de seguridad que podía tener al caminar en la calle.

Life can be magnificent and overwhelming, that is the whole tragedy. Without beuty, love, or danger it would almost be easy to live.
Albert Camus