Isla de La Palma, España. Recomendado
Continuamos hablando sobre la isla de La Palma y la escapada que hicimos en el puente de mayo. En la publicación anterior terminamos hablando de faros y caminatas con las nubes que al principio no nos permitían ver los paisajes por completo. Eso cambió el día después de llegar, el lunes subimos al Roque de los Muchachos. El domingo habíamos estado en el norte de la isla, La Fajana, Charco Azul, Barlovento y San Andrés y Sauces. Ese día era gris debido a lo cubierto que estaba el cielo y en algún momento llovió. Como en el paseo de los Tilos hacia Nacientes Marcos y Cordero que nos hubiera gustado caminar, pero tendremos que partir para otro viaje.
Como había sido nublado el día anterior, ver que el sol brillaba el lunes era algo nuevo, había llegado a pensar que en esa isla nunca estaba claro. Pero exactamente el Roque de los Muchachos, debido a su altura, es la montaña más alta de la isla, es raro que no esté claro. En ese lugar sucede algo similar que en el Teide que se ve desde allí por cierto, las nubes se dejan abajo formando un mar. Con sus 2426 metros es parte del parque nacional de la isla, de los 16 que hay en España, 4 están en las Islas Canarias. La que corresponde a La Palma, es la Caldera de Taburiente, una zona fantástica para practicar senderismo durante el día y la noche para ver estrellas. No en vano uno de los observatorios más importantes del mundo, se encuentra en la misma montaña y con el mismo nombre, Roque de los Muchachos. Tengo otro viaje pendiente para visitar el observatorio y ver estrellas en algún punto de la isla. A lo largo de La Palma hay puntos de vista astronómicos dispersos con paneles que explican cómo ver las estrellas y las que se pueden ver, una de ellas es el Mirador del Carmen, que parte de la capital, Santa Cruz de la Palma. Subiendo al Roque de los Muchachos también hay uno frente a la única obra de César Manrique, el artista conejero (lanzaroteño para los peninsulares) que se puede ver en La Palma. Recuerda un ancla y se bautiza como un Monumento al Infinito, para bien o para mal, esta escultura no es infinitamente visitada.
Una parte del Monumento al Infinito, hay un par de paradas antes de llegar a la cima, algunas para hacer la foto típica de Tajinaste en Flor que en ese momento era el momento y otra para ver los barrancos, el Diablo y las plataformas . Ambos lugares son perfectos para descubrir o recordar que tienes vértigo, algo molesto para hacer la corta caminata hacia la pared de Roberto, una piedra dividida en dos por la acción del rayo según la leyenda asociada al lugar. Aparentemente había una pareja de diferentes partes de la isla, cada uno venía de su pueblo y allí estaban, pero el diablo se puso celoso de sus citas y terminó sus reuniones de un plumazo (puedes quitar el kleneex, es muy triste) enviar un Rayo contra la piedra atrapando a Roberto, ese es el nombre del novio y no sé si ella también porque ella no sabe su nombre o al menos no lo pusieron allí. Mejor sigamos trepando hasta el mirador sobre el que está en la parte superior, desde donde se ven los telescopios del observatorio y el mar de nubes.
En el primer post hablamos sobre el hecho de que los edificios se distribuían en la isla de una manera más o menos equilibrada, que se ve incluso en las ciudades más turísticas como Tazacorte, que muestra que es turística pero no tiene grandes edificios . Más arriba en las llanuras del municipio de Aridane, al que Tazacorte pertenecía anteriormente, que es la población con más habitantes que la isla, tampoco es muy grande, pero hay 3 autos y ya hay un embotellamiento. Otras poblaciones que también visitamos fueron Las Breñas, se dividen en Breña Alta y Breña Baja. Breña Alta se puede visitar el Parque Álamos, que es una plaza con varios museos, un mercado de artesanía y una cafetería donde se celebran fiestas y festivales.
El día que íbamos decoramos su mes de mayo, algo que también se hizo en otros lugares como Santa Cruz de la Palma el 3 de mayo. Ese día fue el que volví a pasar en la capital paseando por las calles mirando las cruces y los mayos que son muñecas del tamaño de la persona que visten e incluso usan pelucas. Es una costumbre que tienen muy viejos que perdieron un poco y volvieron para recuperarse. Hace algunos años regresaron con gran fuerza, pero este año hubo menos calles donde se podían ver mayos.
Vimos eso por la tarde, porque la mañana que pasé pateando la ciudad de un lado para otro comprobando que los restaurantes estuvieran abiertos en la ruta de las cruces y tapas porque era festivo. Afortunadamente, no tenía cordones en la ruta de los volcanes que había hecho el día anterior, pero era un buen ejercicio para ver la ciudad. Desde la parada de autobús hasta el Castillete pasando por la calle Real y la avenida Marítima, desde aquí también publicaremos más adelante para ampliar algunas cosas de la primera y espero que no sea el último viaje a La Palma.