Antoine Griezmann a Barcelona

in #life7 years ago

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Cuatro años después de unirse al club, el delantero francés se despidió del Atlético de la mejor manera posible, jugando un papel clave en una final y ganando un trofeo. No se despidió formalmente (y repitió que no era el momento de hablar sobre su futuro), pero había señales más que suficientes.

Durante la celebración midió sus gestos: estaba contento, consciente de que sus objetivos habían decidido el juego, pero tuvo cuidado de no comprometerse con el Atleti más allá de esta temporada o de mostrar signos de lealtad al club.

Casi todos sus compañeros de equipo están tratando de hacer que se quede. El entrenador Diego Simeone insistió en que el Atlético "no está lejos de otros clubes" y el CEO Gil Marian envió un mensaje desesperado, asegurándole a Griezmann que puede hacer historia si se queda donde está.

UNA DECISIÓN IRREVERSIBLE
Griezmann ha cumplido su palabra y ha actuado para Simeone hasta el final de la temporada, lo que lo ayudará a despedirse de los seguidores del club: su relación con los fanáticos ha ido viento en popa (silbidos incluidos) pero la Europa League sirve como reconciliación.

El jugador oficialmente le dirá al Atlético su decisión la próxima semana: quiere ir a la Copa del Mundo sabiendo su futuro.

LA POSICIÓN DE BARCELONA
A partir de ahí, todo depende del Barça: el club catalán decidirá cómo y cuándo pagar la cláusula de compra (100 millones de euros desde el 1 de julio) y en qué ejercicio financiero incluir la operación en: ya sea en 2017-18 o 2018-19.