D i a s s i m u l a d o s
Encuentro tantas franjas de seda en su rostro, una más delicada y sutil que la otra cayendo sobre una postura recta y firme, aunque ellas absorben la lagrima de los miedos encontrados en su encuentro, ¿sería fácil? Aun no me acostumbro a querer sentir sus labios cuando los deseo en su tiempo fragmentado en una efímero chasquido, su mirada y sus secretos impredecibles en cada observada, mujer porque quiero verte así, días simulados con un laberinto florecer fue el comienzo.