2. La Chica Poseída.
Es la forma en la que me llamaban tus amigas, o por lo menos, así lo recuerdo, por la forma en la que seguía a tu lado a pesar de tu forma tan fría de tratarme… Pero lo que ellas no sabían era que cuando estabas conmigo, en tu casa o en la mía, cualquier lugar donde estuviéramos solas pasabas de ser la chica que todos querían, anhelaban y admiraban, a ser la chica que no le molestaba mostrarse como era en realidad, porque sabías que al estar conmigo, no serías juzgada ni adulada. Y como he visto al amor morir demasiadas veces, cuando merecía estar vivo, es que nunca me alejaré de tu lado, y te estaré esperando abajo, con un café caliente y los rollos de canela con vainilla que hacía mamá que tanto te gustan y extrañas.