Mi día comienza desde muy temprano cuando me levanto a alistar a mí hija para el colegio, realizo mi aseo personal de la mañana y salgo a trabajar, el día pintaba como que iba a estar cargado de trabajo.

Estando ya reunida con mi Jefa, mi esposo me propone acompañarlo a hacer un viaje en la camioneta, debía llevar una motocicleta hasta Maracay, procedí a pedir el permiso en el trabajo y me lo aprobaron, de camino encontre a mí cuñado y le pedí el favor de buscar a la niña de la escuela.

Un amigo de mi esposo le pidió llevarle una moto hasta Maracay para hacerle mantenimiento en la Suzuki, un negocio muy frecuentado anteriormente por mi esposo, llamado "Moto Repuestos Alex", Emprendimos el viaje Mi esposo, mi hijo y yo, sin imaginar que unas horas más tarde tendríamos algunos contratiempos y bien buscados esos contratiempos.

Resulta que para trasladar un vehículo sobre otro vehículo se necesita tener un permiso por el Intt (Instituto Nacional de Tránsito Terrestre), cosa que mi esposo no había hecho, al principio pasamos lisos por algunas alcabalas, pero saliendo de San Juan de los Morros, nos pararon oficiales del DGSIM.

Ellos realizaron su trabajo de rutina, inspeccionaron la camioneta, los documentos de mi esposo etc etc.., y como era de esperarse nos pidieron "El Permiso" que No' teníamos, así que tocó devolvernos hasta tránsito a sacar el fulano permisooo JAJA! nos tocó alegrarnos, hacer caso y esperar tranquilos. Salmos 118:24 dice:

Se nos fue el día en eso, pero nosotros decidimos estar en calma, verlo como un paseo, por algo pasan las cosas, eran como las 4:30 PM cuando pudimos continuar con nuestro viaje, llegamos Maracay cuando ya eran casi las 6 de la tarde, el dueño de la moto esperaba en el lugar, mi esposo entregó la moto y fuimos a comer a un lugar donde venden unas parrillas a leña buenísimas.

Después de cenar, nos regresamos y pasamos por el súper Líder de cagua a comprar algo dulce, mi niño se fue al área de pasta seca y pidio suspiros, mi esposo pidió un café yo compré un queso, algunas otras cositas para llevar a casa y agua, había allí un enorme queso parmesano que parecía una obra de arte.

Nos sentamos a la mesa, mi esposo disfruto de su café, mi niño de algunos suspiros y galletitas, a pesar de que el día estuvo un poco para estresarse, pero he comprendido que mejor es la calma, nos relajamos, tuvimos un rato muy grato.

Llegó la hora de volver a casa pero en san Juan de los morros hicimos otra parada breve en Farmatodo, allí compre unos lápices y una regla como detalle para mí hija que ama la escuela, para seguir motivandola.

Ahora si retornamos a nuestro hogar dulce hogar, nuestra niña nos esperaba ansiosa, nos dimos un rico baño y a descansar.

y así termino este día, dándole gracias a Dios que guarda nuestra salida y nuestra entrada, gracias por leer mi diario, hasta la próxima.