Aquí al frente de mi casa hay un campo, ese campo es lo suficientemente grande para poder jugar ahí, ayer 8 de marzo hicieron un juego de softball por el día de la mujer, llegaron desde muy temprano y un grupo de mujeres estaban jugando, estuvo chévere, yo hasta salí a ver el juego un rato y como tenían música fue más increíble todo, ya saben, para mí, con música todo es mejor.

Lo que no podía entender era como podían aguantar este calor que hay estos días, imaginanse, antes de salir yo estaba en mi cuarto y ya tenía calor, lo peor de todo es que tengo aire acondicionado, pero no lo podía prender porque mi papá estaba soldando. Como no tenía nada que hacer decidí salir a ver el juego un rato, aunque solo me quedé cerca del portón viendolo porque me dió penita salir más allá.

Estuvo bastante divertido, a pesar de que no soy fan de ningún deporte en específico, me entretuve, porque no odio ningún deporte la verdad, puedo verlos tranquilamente, por ejemplo el fútbol, yo me vuelvo FIFA en los mundiales nada más JAJAJA. En ese momento donde salí a tocar pasto un ratito y salí de mi cueva me sentí bien ya que todos los días me la pasó encerrada en mi casa.

Tenían tiempo que no jugaban en el campo, las últimas veces que jugaron fue hace años y recuerdo que siempre caían las pelotas a la casa de mi abuela y ella ya estaba harta, pobrecita. Siempre viven limpiando ese campo pero ayer por fin lo usaron. Más bien había poca gente, porque hay unas veces que juegan de varios lados y ahí si hay un gentío. Lo bueno de tener el campo al frente es que puedo ver el juego hasta desde la sala de mi casa, aunque en esta oportunidad decidí salir para poder ver mejor.