Para todas las familias venezolanas el día del padre, es algo significativo conmovedor, donde cada hijo (a) con su padre muestra todo su afecto y agradecimiento. Ayer domingo fue la celebración de este grandioso día para todos. Muchas familias venezolanas y alrededor del mundo gozaron del privilegio de celebrar y compartir en familia, otros pasaron el día en el patio de un hospital o cuidando a papá enfermo, otros fueron al cementerio a ponerle flores a la tumba de papá. Etc.

Ahora bien, ¿qué les parece si nos detenemos un momento a reflexionar un poco acerca de lo siguiente?:

¿Cómo retribuir todo lo que mi padre me ha dado?, ¿De qué manera puedo agradecer a mi papá todo lo que ha sido en mi vida, independientemente si sigo siendo niño, niña o adolescente? ¿Se merece mi padre todo mi amor, mi apoyo y comprensión? ¿Por qué debo agradecer a Dios porque tengo a mi padre sano, lleno de vida? ¿Estoy siendo lo suficientemente buen hijo o buena hija?

A raíz de todas estas inquietudes y basándonos en nuestra propia realidad, debemos dar respuesta a cada una de ellas no solo con palabras sino con el corazón. Que las palabras salgan del alma, que sean lo más transparente posible.

Con respecto a lo anterior y desde mi propia realidad, daré respuesta a cada una de ellas, no sin antes hacer mención a que mi papá es TODO para mí y que yo soy su única hija hembra, la hija que siempre lo vive regañando por su terquedad.

Nosotros como hijos, siempre tenemos a papá como nuestro “Súper héroe”, desde niños lo vemos como nuestro protector, y desde niños creemos que papá es un banco de dinero, pues no comprendemos cosas de adultos y formamos nuestros respectivos berrinches cuando no nos compran algo material que queremos. Poco a poco vamos comprendiendo que papá tiene una enorme responsabilidad con el sustento de nuestro hogar, esto sin dejar a un lado la gran labor y el importante aporte de mamá, ahora bien ¿cómo retribuir todo ese sacrificio? Cuando ya somos adultos, nos toca formar nuestra propia familia, se vienen otras prioridades y más aún cuando ya tenemos hijos, y dicha situación hace que nos alejemos un poco de papá, aunque, cuando papá se enferma o le sucede algo allí debemos estar nosotros sus hijos, apoyándolo 100%, cuidándolo, consintiéndolo, ayudándolo, dando todo por el todo por su bienestar. Esta sería una forma de retribuir, pero que esto no sea por obligación sino de corazón, allí su importancia. Todo esto no solo le hace feliz a papá, te hace feliz a ti mismo o a ti misma y por supuesto le agrada a DIOS.

Por otra parte, si sigo siendo niño o niña, joven o adolescente, ¿cómo agradar a papá?, esta es una etapa muy difícil porque no comprendemos las cosas de los adultos, sin embargo, basta con nuestro cariño, afecto y buen comportamiento para agradar a papá.

De esta manera, podemos mostrar a papá todo el amor que se merece, no desperdiciemos ni un día, ni un minuto, ni un segundo para exprésarle a papá todo el amor y el afecto que le tenemos, muéstrale que confías en el, cuéntale acerca de tus cosas, acerca de tu día a día, pídele que te de un consejo; tenlo presente siempre ante cualquier circunstancia, pues gracias a Dios, a él y a mamá tú existes y eso basta para estar feliz.

En efecto, ¿Por qué debo agradecer a Dios porque tengo a mi padre sano, lleno de vida? Nosotros a veces nos descuidamos en el sentido de no agradecerle a Dios porque tenemos a nuestro lado un padre sano y lleno de vida, quizás la rutina del día a día, o el estrés por el trabajo, el cansancio, el agotamiento o simplemente la flojera no nos permite conversar con DIOS todas las noches para agradecer por nuestra salud y la de nuestros padres, sin embargo, de alguna manera y en cualquier momento agradecemos a Dios porque tenemos a papá sano, esto tiende a suceder cuando de pronto algún otro papá se enferma, le ocurre algo malo o muere, allí sentimos miedo y alabamos a Dios porque no se trata de nuestro papá.

Es por esta razón, que todos los días del mundo debemos agradecer a Dios que papá está sano, lleno de vida y debemos pedir también a Dios que lo cuide y lo libre de todo mal. Hago un paréntesis para expresarles que particularmente mi realidad actual es pedir a Dios a cada momento por la salud de mi papá, quien se encuentra recluido en un hospital batallando con la terrible enfermedad del Covid-19, pero que estoy confiada en que DIOS MI SEÑOR lo levantará pronto de esa cama. Es por esta razón, que le pido a todo aquel que tiene a su papá sano y vivo que lo cuide, que lo quiera, que lo valore, que le muestre todo su amor y que sobretodo tome un minutico de su tiempo para agradecer a DIOS por tenerlo a su lado con vida y salud. No es fácil escribir acerca de este tema, las lágrimas invaden mi cara y el sentimiento de tristeza pero a la vez de esperanza se penetran en mi alma y en mi corazón. Aun sabiendo que a Dios le agrada que sus hijos oren pero no lloren, el sentimiento es inevitable.

Finalmente, todo esto lo escribo con la finalidad de que te detengas un momento a razonar y a reflexionar acerca de ¿Estoy siendo lo suficientemente buen hijo o buena hija?, esta pregunta te la dejo para que la consultes esta noche con tu almohada y si vives con papá dale un beso y un abrazo esta noche, dile que lo amas y le pides la bendición, si lo tienes lejos, llámalo dile que lo amas y que pides a Dios que siempre este sano y fuerte, ya que otras personas (como yo), deseamos hacerlo y no podemos …

(Gracias Dios por el papá que me tocó, jamás lo cambiaría, gracias papá porque gracias a tus consejos, enseñanza soy lo que soy, mujer de bien, mujer de hogar).