¿No les ha pasado que conocen a una persona y sienten una conexión única? Y no me refiero a un sentimiento romántico, sino a un sentimiento de hermandad único, como el que se tiene con los hermanos que nos da la vida. A mí me pasó esto con tres personas a lo largo de mi vida. Es un sentir que no comparto con nadie de mi sangre.

Se trata de tres increíbles y maravillosas mujeres que Dios puso en mi camino. La primera de ellas que conocí se llama Michelle, y la conocí cuando estaba de moda el "dame tu pin" 😂. Gracias a una cadena de difusión, ella me agregó y conversamos. De inmediato sentí que estaba hablando con una de mis hermanas, algo que no suelo hacer ni con ellas. Lo bonito es que éramos del mismo pueblo y teníamos amistades en común. Ella siempre fue una persona carismática con la cual es posible hablar de lo que sea, dispuesta a escuchar en todo momento. Hace ya varios años que ella se fue del país, y debido a eso y otras cosas perdimos el contacto. Me encantaría retomar nuestra relación, ponernos al corriente y, quién sabe, reencontrarnos sería muy bonito.

Conocí a Patricia en la clase de historia universal que tomé en la universidad. Llamó mi atención su personalidad; siempre quise tener una amiga ocurrente y extrovertida, pero a la vez prudente. Teníamos muchos gustos en común. Yo soy amante del anime y el manga, y ella también. ¿Tienen idea de lo difícil que es coincidir con alguien así? ¿Y además que sea una mujer? Es complicado, y más con las nuevas generaciones. Ella siempre ha sido leal y me ayudó en varias oportunidades. A pesar de que también se fue del país, con ella sí he podido hablar en ocasiones. No como antes, pero aún mantenemos el contacto. Aunque me encantaría reunirme con ella y tomar un cafecito mientras me cuenta de sus aventuras, debe tener un montón de historias que me encantaría poder oír.

Y, por último, pero igual de importante, está Ana Gabriela, o como le digo yo de cariño, Anita. Es la mujer más dulce y tratable que he conocido. Llegó a mi vida cuando yo tenía 21 o 22 años, no recuerdo bien; ella es unos añitos mayor que yo. Nos conocimos en un curso de asistente administrativo gerencial que ambas hicimos en el mismo instituto. Es una mujer súper respetuosa, educada y cariñosa con aquellos que la rodean. Aún sigue en el país; vive en Naguanagua, a 45 minutos por autopista desde donde estoy yo. Hablamos de vez en cuando, ya que ella tiene un hijo y un trabajo de lunes a lunes hasta las 6:30, así que, para no sentir que la molesto, le escribo semanalmente para saber cómo está y tratar de ponernos al día lo más que se pueda.

Además de reconectar con amistades, me gustaría reconectar con mis estudios y seguir preparándome. Hace poco tuve un sueño: en el sueño yo regresaba a la universidad para terminar la carrera. Además de eso, actualmente estoy estudiando inglés poco a poco, ya que me gustaría vivir en Canadá, pues en Estados Unidos la situación con los latinos está difícil. Aún asi, yo sigo preparándome, pase lo que pase.