Hola Steemians!

   En esta ocasión les voy a contar de un hecho que me ha enseñado a tener empatía, especialmente, con personas que padecen alguna enfermedad.

Mateo 6:34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

   Hace dos años mientras dormía, sentí un fuerte golpe en la espalda, que me despertó. Cuando me levanté para ver que pasaba, fué impresionante, había sido mi esposo, quien estaba rígido y a la vez se agitaba fuertemente, volteaba los ojos y tenía la boca llena de sangre.

Desesperada, comencé a gritar, le clamaba a Dios, no entendía lo que estaba pasando. Recuerdo que tomé mi celular y marqué para pedir ayuda, pero nadie respondía, era lógico, pues eran las 2 de la madrugada. También salí al frente de mi casa para por ayuda, pero tampoco conseguí.

    Regrese a la habitación, pidiéndole a Dios que tuviera misericordia, de repente, mi esposo dejo de sacudirse, pasaban los minutos y no reaccionaba. Pensé que se había muerto, de repente sucedió un milagro, lo escuché preguntando que pasaba. Me alegré, lo abrace e intenté explicarle, pero parecía no conocerme, estaba desorientado, cómo pude lo llevé al centro de salud, allí me informaron, que había tenido un accidente cerebrovascular. Pasó algún tiempo para recuperarse, no hablaba y había perdido sus habilidades y destrezas, él es publicista, y debido a esto tiene dificultad para dibujar.

Después de ese día, mi esposo ha tenido 9 episodios convulsivos, Ahora se cómo tener control en está situación. ¡Ha sido un proceso largo y fuerte! Especialmente porque no ha sido posible realizarse los estudios para determinar la causa. El tratamiento que le indicaron, mientras se hace los estudios, son de alto costo, pero Gracias a Dios, ha podido gestionarlo.

Hace una semana volvió a convulsionar, estoy preocupada, porque fueron 3 veces en la misma madrugada.

    En el transcurso del día fuimos a la medicatura, estaba muy débil, caminaba tambaleándose y lento. Lo llevé porque tenía fiebre, y era la primera vez que le sucedía, después de convulsionar.

    Cuando llevábamos como 5 min. caminando, pasó un vecino y se ofreció llevarlo, no estaba muy de acuerdo porque era en moto, mi esposo ya estaba cansado y accedió a irse con él, le pedí que lo dejara en la medicatura. Lo atendieron, sólo le bajaron la fiebre, es un ambulatorio rural. Nos regresamos a la casa, está vez en la camioneta de mi hermana, que fue a buscarnos. Gracias a Dios por el apoyo de mi vecino y mi hermana.