Pienso que cuando uno compara nuestro clima con el de otras tierras debe sentirse afortunado. Ciertamente no llegamos a las temperaturas extremas, sino que pasamos por variaciones de temperatura. Aunque estamos bendecidos, tampoco estamos exentos de las fluctuaciones que ha producido el cambio climático.

Por otro lado está la percepción de cada quien. Algunos están aclimatados a su zona, cuando es la época más fuerte sienten más los embates del clima, sobre todo donde hace calor.

En estos días escuchaba a una persona de los Altos Mirandinos que no soportaba el calor de Caracas, jajaja, y es mucho más fresca que el resto del país. Y eso que el verano apenas se está asomando.

Además de todo esto debemos sumarle los que se han acostumbrado al aire acondicionado, los apagones y el agua que se va, realmente las casas se sienten calientes cuando el agua no está circulando.

Sin duda es difícil la situación con tu hijo en esos momentos fuertes. Tener que regalarte tu misma y tratar de tranquilizarlo a él.

Gracias por la invitación.