Estando lista me senté a comer, lo que mi mamá me había, hecho que era arepa frita con queso blanco y queso amarillo, aunque vi la arepa grande no dije nada, porque sabía que me la iba comer toda.

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Cómo lo pensé así fue, me comí toda la arepa y toda risueña lave mi plato y me termine de arreglar para salir en compañía de mi mamá para el liceo, que aunque no tenía nada importante que entregar no quería faltar.

Llegué al liceo y me encontré a un amigo, me pidió que le explicará matemática que iba a recuperativos, le transmití más seguridad en lo que sabía porque él es bueno, pero a veces se confunde, luego llegó el profesor de proyecto y dijo: ¡hoy no haremos nada, pero cumpliremos la hora de clase como la directora manda!🤦🏻‍♀️, rápidamente llame a mi mamá por teléfono y le dije que no se fuera porque después de proyecto no nos iba a dar clase.

Mi mamá me dijo que se iba a regresar, paso la hora y salí de clase, en eso una amiga que estudia en otra sección me pidió la ayuda con una actividad que se trataba de armar una linda historia familiar, le corregí unos acentos y errores ortográfico, que por querer escribir rápido no estábamos pendiente y me incluyo porque a veces me pasa lo mismo, por eso que debemos leer y leer.

Salí del liceo en compañía de mi mamá y por el camino vi las flores amarillas, no dude en sacarme fotos para que vea que a parte de recibir mi séptimo delfín, Dios hizo que disfrutará de las flores amarillas, gracias a la naturaleza que nos ha regalado.

_{Las flores amarillas que Dios me dió.}

No es por nada pero salí bonita y muy blanca, me tomé otra selfie para ponerla como foto principal y así tuvieran una idea de lo que le iba contar, después de la foto seguimos nuestro camino y cuando llegue a la casa me dedique a crear algo bonito para mí encendido, pero con tantas ideas no sabía cómo comenzar, suena como algo loco pero fue así, jejeje.