Eres tan capaz como una flor
Fotografía de mi propiedad.
El otro día como parte de mi rutina diaria subí a la terraza del edificio donde estoy viviendo actualmente y después de caminar un rato me percate de algo que me hizo reflexionar sobre una serie de cosas.
Fotografía de mi propiedad.
Estando en la terraza de un edificio de nueve plantas, ¿creerías posible encontrarte con una flor?
Fotografía de mi propiedad.
Entre las diferentes cosas que pasaron por mi mente, lo primero que vino a mi cabeza es las condiciones y adversidades que esa flor tuvo que afrontar para llegar hasta ahí, pero ademas de eso, lo otro en lo que pensaba al mirar el amplio espacio de la terraza y ver esa flor allí disfrutando del aire fresco, era el hecho de que era la única que estaba allí.
Fotografía de mi propiedad.
Actualmente me encuentro en una etapa de mi vida bastante extraña, desde que emigre me he enfocado mucho en lograr cumplir mis metas y objetivos, dejando a un lado las relaciones sociales para concentrarme al máximo en todo lo que quiero lograr, con mis amistades esparcidas por el mundo y lejos de mi tierra natal Venezuela, decidí que era buen momento para ello.
Hace un par de días hice senderismo por primera vez y me sometí a una aventura para llegar a lo mas alto de una montaña, para luego disfrutar de un atardecer increíble y unas vistas sin igual. En ese post hablaba sobre la similitud de esa experiencia con la vida misma y como se siente ir a por tus objetivos.
Fotografía de mi propiedad.
Todos y cada uno de nosotros es capaz de lograr lo que nos propongamos una vez que aprendamos a creer fielmente en nosotros mismos desprogramandonos de todas las creencias limitantes que se nos fueron implantadas en el pasado.
No solamente me estoy enfocando en lograr mis objetivos por mi, si yo crezco tendré la posibilidad de llevar a otros a la cima conmigo, allí hay suficiente espacio para los que deciden luchar y creer, porque algo mas grato que alcanzar la cima, es hacerlo en compañía.
Fotografía de mi propiedad.
Juan 17:22-23: ~Y les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Gracias por tomar unos minutos de tu tiempo para leerme y nos vemos en la próxima.
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