Mi día comenzó muy temprano con la oración de la mañana, donde agradecer a Dios por un nuevo día es muy importante para mi bienestar espiritual.

Dediqué unos 60 minutos de oración, donde hice mis peticiones personales, familiares y por la delicada situación que atraviesa nuestro país, Venezuela.

Al finalizar mi oración, preparé la enseñanza que debo llevar esta mañana en la escuela dominical. Revisé el tema y los pasajes bíblicos que se ajustan al tema de la enseñanza.

A las 7: 20 am, mi esposa se levantó y preparó el desayuno. El culto comienza a las 8 de la mañana, así que me preparé para ir al culto con mi familia.

Cuando llegué a la iglesia, el servicio estaba a punto de comenzar. Los hermanos y hermanas cristianos estaban llegando y a las 8:10 am comenzó el servicio con la lectura de la palabra de Dios y luego una oración dando gracias a Dios por el nuevo día y por la bendición de su palabra leída.

Después de la oración se procedió a la adoración y cantos, donde las danzarinas de la iglesia adoraron a Dios con danzas y cantos espirituales.

Al finalizar la adoración, algunos hermanos y hermanas expresaron su acción de gracias y luego la bendición de las ofrendas para seguir avanzando en el ministerio y continuar con el propósito de evangelizar en la zona donde vivimos.

Finalmente, llegó el momento de la predicación y me correspondió llevar el mensaje de la palabra de Dios para seguir impartiendo valores espirituales y afirmar la fe de los hermanos a través de la palabra de Dios.

El mensaje que prediqué duró unos 50 minutos, al final tuvimos que orar para despedirnos del servicio y regresar a nuestras casas.

Por la tarde trabajé en mi computadora haciendo algunas publicaciones y luego cené para esperar la hora de ir a mi cuarto a dormir.