(Versión en Español)

Desde que era niña, me he sentido atraída por los animales de una manera que ni siquiera puedo explicar. Hay algo en su inocencia, sus corazones puros y su capacidad de amar sin esperar nada a cambio que me hace enamorarme de cada animal que conozco (gatos, perros, conejos, aves, cabras). Soy una amante de los animales en todos los sentidos.

Pero ser amante de los animales en un hogar desi... eso ya es otra historia completamente diferente.

En nuestra cultura, tener gatos y perros se considera inapropiado. Muchas personas los ven como sucios o simplemente como algo “no permitido”. Además, mi madre tiene un profundo miedo a los animales. De cualquier tipo. Simplemente no puede estar cerca de ellos con comodidad. Así que, mientras crecía, nunca tuve ese hogar lleno de mascotas con el que soñaba. Aun así, ese amor por los animales permaneció en mi corazón.

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Hace aproximadamente dos años, finalmente decidí pedirle a mi padre un gato. Le dije que me haría completamente responsable, desde alimentarlo hasta limpiarlo todo. Estaba tan emocionada y tenía la esperanza de que me dijera que sí. Pero como todo padre desi, lo tomó como una broma. Me dijo: “¡Ya te tenemos a ti, con eso tenemos suficiente responsabilidad!” Todos en la habitación se rieron con él. Yo sonreí, pero por dentro me sentí decepcionada. Sabía que no me lo tomarían en serio.

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Pero una semana después, mi padre llegó a casa con dos conejitos adorables. Sonrió y dijo: “Querías un gato, pero te traje conejos. También son suaves y lindos.” Mi corazón se derritió en ese momento. Llamé a los conejos Bunny y Flora, y rápidamente se convirtieron en todo mi mundo.

Pasaba horas con ellos, los alimentaba, jugaba con ellos y les hablaba como si fueran mis bebés. Unos días después, inesperadamente, Flora dio a luz a dos conejitos diminutos. Al principio estaba confundida. Eran tan pequeños y sin pelo que pensé que eran crías de ratón. Pero con el paso de los días, su pelito comenzó a crecer, abrieron los ojos y se convirtieron en los conejitos más adorables que había visto en mi vida.

Esa etapa de mi vida fue inmensamente feliz. Verlos crecer, cuidarlos y sentir ese amor incondicional fue una verdadera bendición. Pero con el tiempo, nuestras rutinas se volvieron más ocupadas con los estudios, el trabajo y las responsabilidades. Todo empezó a sentirse como una carga. Tuvimos que tomar la dolorosa decisión de venderlos. Literalmente fue como poner una piedra sobre nuestros corazones, pero sabíamos que merecían un cuidado mejor del que les podíamos dar en ese momento.

Después de vender a los conejos, nuestra casa se sintió un poco vacía. Pero pronto compramos una pareja de cacatúas. Aves hermosas con las plumas más suaves y las voces más dulces. Sus suaves cantos llenaron el silencio y, simplemente tenerlas cerca, hizo que todo se sintiera más ligero.

Hace solo unos meses, mi tío nos regaló un cabrito. ¡Sí, una cabra! Lo llamamos Brownie, y desde el momento en que entró a nuestra casa, se convirtió en la estrella del hogar. Es muy inteligente, juguetón y lleno de energía. Nos sigue a todos lados, responde a nuestras voces y da pequeños saltos adorables cuando se emociona. ¿Y lo más sorprendente? Mi mamá, que siempre había tenido miedo de los animales, poco a poco empezó a encariñarse con él. Le habla, le da golosinas y hasta lo acaricia a veces. Ver ese cambio en ella me hizo darme cuenta del poder que tiene el amor por los animales. Puede derretir incluso los corazones más temerosos.

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Todavía quiero tener un gato algún día, pero estoy agradecida por cada animal que ha sido parte de mi vida hasta ahora.

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A cada amante de los animales que piensa que no puede tenerlos en su casa: mantengan la esperanza. 🐰🐥🐐💛

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(English Version)

Ever since i was a child, I have been attracted to animals in a way i can't even explain. There is just something about their innocence, pure hearts and their ability to love without expectations that makes me fall in love with every animal i meet (cats, dogs, rabbits, birds, goats). I am an animal lover in every way.

But being an animal lover in a desi household? That is a different story altogether.

In our culture, keeping cats and dogs is seen as inapproprate. Many people see them as messy and simply "not allowed". On top of that, my mother has a deep fear of animals. Any kind of animal, she just can't be around them comfortably. So growing up, I never had the kind of pet-filled home i dreamed of. Still that love for animals stayed in my heart.

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About two years ago, I finally decided to ask my father for a cat. I told him i will take full responsibility from feeding to cleaning everything. I was so excited and hoped he will say yes. But like every desi parents, he turned it into a joke. He said "We already have you and that is enough responsibility for us" Everyone in the room joined him and laughed. I smiled but deep down i was disappointed. I know they will not take it seriously.

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But a week later my father come home with two adorable rabbits. He smiled and said "You want a cat but i bought rabbits for you instead. They are soft and cute too" My heart melted on the spot. I named the rabbits Bunny and Flora and they quickly became my whole world.

I sit with them for hours, feed them, play with them and talk to them like they are my babies. Then after somedays unexpectedly flora gave birth to two tiny babies. At first i was confused. The babies were so small and hairless that i thought they were baby rats. But slowly as the days passed their fur started to grow, their eyes opened and they turned into the most adorable little bunnies i have ever seen.

That time of my life was extremely joyful. Watching the rabbits grow, caring for them and feeling that unconditional love was a blessing for me. But as life passed, our routines become busier with Studies, work and responsibilities. everything started to feel like a burden. We had take the painful decision to sell them. It litteraly felt like putting a stone on our hearts but we know they deserve better care than we were giving them at that time.

After selling the rabbits, our home felt a little quiet. But soon we bought a pair of Cockatiel, beautiful birds with the softest feathers and the sweetest voices. Their soft chirps filled the silence and just having them around made everything feel lighter.

Then just a few months ago myy mamoo gifted us a baby goat. Yes, a baby goat! We named him Brownie and from the moment he entered our home, he became the star of the house. He is so intelligent, playful and full of energy. He follows us around, responds to our voices and does the cutest little jumps when he is excited. And the most surprising part? My mother, who was always afraid of animals, slowly started getting comfortable with him. She talks to him, gives him little treats and even pets him sometimes. Seeing that change in her made me realize how powerful animal love really is. It can melt even the hearts with the strongest fears.

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I still want a cat but i am grateful for every animal who is been in my life so far.

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To every animal lover who thought they cannot keep them in their homes, stay hopefull. 🐰🐐🐥💛