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Un atardecer y un fallecimiento en Moture

Era una tarde como cualquier otra en el pueblo de Moture ubicado en Verzola un país tan recóndito y desconocido como su mismo nombre. Con una población inferior a los cien mil habitantes y pocos poblados en sus alrededores.

Moture es un pueblo pequeño, a 2 horas de la capital. Su población es inferior a las 3000 personas, la mayoría de hecho se conocen y buena parte de su población son adultos mayores. Entre los cuáles tenemos a Don Sertero un señor de 80 años de edad que estuvo de viaje por unos meses a la capital, visitando a los pocos hermanos que le quedan con vida.

En Moture estaba toda su vida, su esposa Falecia quien era diabética, sus cuatro hijos, 7 nietos y 15 bisnietos, además de un tatara nieto que está apunto de llegar al mundo.

Después de meses fuera del poblado decide antes de llegar a su hogar pasar por este lugar. El cual era muy poco visitado por la población, al estar ubicado en las fueras del pueblo. Decide pasar por allí para meditar ciertas cosas en su vida y se terminó haciendo varias preguntas a si mismo y además se hizo ciertas exclamaciones "¿Por qué mis hermanos y sus esposas están muriendo?, ¿Que sentido tiene entonces la vida si todos nos vamos a morir?, Mis mejores amistades ya no están, los pocos amigos que me quedan ya están en cama, hay una vieja amiga que no sabe quién soy porque sufre de Alzheimer. Me estoy quedando solo!!"

Después de minutos allí sentado Don Sertero no pudo resistir y terminó llorando por la impotencia al saber que seres queridos están muriendo. Decidió ponerse de pie, aprovechar de apreciar el pequeño atardecer que la vida le estaba otorgando para luego retirarse a su hogar con su esposa y todos sus descendientes.

Sin embargo al terminar de llegar al pueblo y a su hogar se encontró con una grave noticia, algo que de hecho no se esperaba y que nadie de su familia se atrevió as decirle. Resulta que su esposa Doña Falecia estaba muy delicada de salud, estaba ciega, sus riñones tenían muy mal funcionamiento (al punto que la estaban diálisando), ya no quería comer y permanecía exclusivamente en cama.

El sin pensarlo dos veces fue directo hasta la medicatura del pueblo donde ya por la hora estaba suspendida la hora de visita y a pesar de estar cansado y por su edad logró colarse entre las habitaciones y llegar hasta donde estaba su amada.

Para el fue un impacto visual lo que pudo observar, Doña Falecia no lucía igual, estaba más acabada, necesitaba ayuda para hacer todo y lamentablemente no podía pararse de la cama. Fue inevitable para Don Sertero no terminar llorando al ver a su amada en esas condiciones.

Doña Falecia no pudo notar cuando llegó su esposo pero en el instante en el que escuchó su voz quebrantada automáticamente reconoció que era Don Sertero el que estaba en la habitación y automáticamente le dijo "estaba esperando que llegaras Sertero, no sabes la alegría que me causa poder volver a oírte después de varios meses; sin embargo me pone muy triste escucharte así".

Don Sertero se limpió sus lágrimas, abrazó a su esposa y le respondió "¿por qué nadie me dijo que estabas en estás circunstancias?, Yo siempre que llamaba preguntaba por ti y solo me decían que estabas bien". Realmente fue un momento muy difícil de reconocer, el se sentía peor que nunca y hasta se puso más blanco (tenía una baja de tensión, sin embargo el quería seguir allí).

Su esposa le respondió que ningún familiar le dijo nada de como estaba ya que ella misma lo exigió. Ya que ella sabía lo afectado que estaba su amado por todas muertes al rededor. En ese momento de los dos juntos ella le dice "a pesar de que yo no quería decirte para evitar hacerte sentir así, yo quería volver a escuchar tu voz y sentir el calor de tus brazos antes de fallecer".

En ese instante entra una enfermera a la habitación (enfermera que de hecho conocía a Don Sertero por estar en un pueblo pequeño).

Ella dice "Don Sertero, es bueno ver que al fin volvió al pueblo y alcanzó a ver a su esposa aún en vida. Sin embargo le pido amablemente que salga de la habitación ya que no estamos en horas de visitas y necesito atender a Doña Falecia."

Don Sertero no quería salir del lugar, quería estar unos minutos más con su esposa. Lastimosamente la enfermera se vió en la obligación de llamar a seguridad para que lo sacaran de la habitación. Mientras retiraban a Don Sertero de la habitación su amada alcanzó a decir "Adiós mi amado Sertero, Gracias por compartir tu vida conmigo, te amo". Y el con lágrimas en los ojos pedía que lo dejaran quedarse con ella pero sus peticiones no fueron cumplidas y lo dejaron en la sala de espera de la medicatura donde de hecho estaba una hija y dos nietos y sorprendidos por su presencia se sentaron a su lado.

20 minutos después la enfermera salió preguntando por los familiares de Doña Falecia para informar que había fallecido de un paro respiratorio.

Su familiares tristes fueron al hogar con la triste noticia. Acostaron a Don Sertero que de hecho se sentía muy mal y por la mañana notaron que el no estaba respirando. El falleció en la madrugada, de un paro cardíaco mientras dormía. Lo encontraron una foto en de su amada entre los brazos y una pequeña escritura a lápiz que decía "gracias a tí por compartir tu vida conmigo también".

Yo invito a @maylinch y @edi.lobo a participar en este concuso

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Gracias por su atención ☺️☺️😃