"Una imagen una historia"
Hace un par de meses atrás...
Tuve el privilegio de conocer en aquella fiesta a
Gaby, aunque a primera vista no me agradaba, nuestras amigas en común hicieron que ella y yo nos habláramos.
Fue en la fiesta de cumpleaños de Cristina, nuestra plática había sido extensa, mientras unos bebían alcohol, nosotras reíamos al escuchar las anécdotas de cuando éramos niñas.
Ciertamente teníamos gustos similares, e incluso pertenecíamos al equipo de voleibol de la universidad.
En la cancha de juego éramos rivales, y fuera de ella las mejores amigas. Solíamos hacer pijamadas, estudiar juntas, y las personas llegaron a pensar que éramos hermanas.
Tuvimos momentos felices hasta que Diego, llegó a su vida, y lo hizo a través de mí. Pensé que lo conocía muy bien, estudiamos desde la primaria juntos, y nunca observé en él su malicia.
—¿Kathy? ¿Cómo estás? Me gustaría poder encontrarme contigo, quiero hablarte sobre Gaby.—Diego me había hablado al teléfono.
—¿De Gaby? Pero ¿Sucedió algo? Ella recién ha salido de mi casa, tenía una cena pendiente con sus papás.—Fue lo que respondí y aunque llegué a sentir curiosidad, porque Diego nunca me había llamado para algo tan específico, lo omití.
Aquella tarde Diego parecía insistente con respecto a Gaby.
Entonces accedí en verme con él. Lo invité a mi casa, honestamente no tenía ánimos de hablar, y es que había pasado una mañana muy ocupada, pero para no darle larga al asunto, decidí atenderlo.
Así que a las 5.00pm escuché el timbre de la casa de mis padres, salí inmediatamente de la habitación para abrir la puerta. Era Diego, con un traje muy formal, le pregunté a dónde iría, y él solo me respondió ¡A tomarme una foto, perfecta!
Le permití entrar a la casa, fuimos hacia mi habitación, ambos nos sentamos sobre mi cama...
—Dime Diego, ¿Qué quieres saber de Gaby?.—Le pregunté directamente.
—¡He notado que tú y ella son amigas inseparables! Siento que me has hecho a un lado, no hablamos como antes, no salimos a la playa, dar un paseo, solo son tú y Gaby. No me malinterpretes ¡Por favor! Pero me gustaría, poder compartir más con ella. La verdad es que me gusta, y no podría conquistarla, si tú ni siquiera le das un respiro.—Las palabras que expresaba Diego, no sabía cómo tomarlas, si era una obsesión o celos enfermizos.
—¡Discúlpame! ¿Un respiro? Diego, tú puedes acercarte a ella, aunque es mi mejor amiga, no siempre estamos juntas. Por ejemplo, en estos momentos está en su casa, con sus padres ¿Acaso no sería más sencillo que me preguntaras, Kathy, de casualidad Gaby está contigo? Así te ahorrarías tiempo, que puedes sabiamente invertir en tu plan de enamoramiento.—Una absurda opinión por parte de Diego, hizo que mi respuesta fuese la más adecuada para que limitara sus palabras.
Diego me dió la razón, me confesó que en efecto, se sentía enamorado de Gaby, pero que además no sabía cómo abordar el tema con ella.
Él y yo nos despedimos, salió de mi casa, mientras que yo me quedaba acostada viendo mis series favoritas.
Recuerdo que me había quedado dormida, y que pasada la medianoche, había recibido un mensaje en mi celular, eso me hizo despertar en sobresalto.
Kathy, algo está pasando con Diego, tu amigo...me invitó a salir con él, después de mi cena con mis padres. Luce mareado, ¡Ayúdame por favor! Fuimos a ver las estrellas, en el parque nacional Yosemite, ¡Sin drama!
Era muy tarde para despertar a mis padres, así que sigilosamente tomé las llaves del vehículo y conduje hacia el parque.
—¿Mareado? Pero ¿Porqué? ¿Estaría ingiriendo alcohol? ¡Vaya forma de conquistar!—Me hablaba a mí misma.
Unos minutos más tarde, llegué a mi destino. Bajé enseguida del vehículo, y me dirigí al área en donde muy posiblemente los encontraría.
Estaba el vehículo de Diego estacionado muy cerca, él estaba de pie con algo en su mano, y mientras me iba acercando, pude notar que estaba solo.
—¿Estás bien? Recibí un mensaje de Gaby, me pidió que viniera hasta acá para ayudarla contigo ¿En dónde está?—Yo, comencé a preocuparme, algo malo presentía.
—¿Yo? ¡Estoy bien Kathy, por un demonio! ¡Hasta que finalmente te preocupas por mí, al menos una de las dos lo hace!—Su respuesta me generaba irritabilidad, no necesitaba escuchar sus tonterías.
Corrí hacia su vehículo, buscaba a mi amiga, le pregunté que tenía en sus manos, y qué había hecho con ella...
—¿En mi mano? ¡Ah sí! Tengo mi cámara y la foto perfecta que te dije que tomaría, ¿No te parece una noche hermosa bajo un cielo estrellado? ¡A Gaby le encantó!—Lo repetía una y otra vez, desde ese instante se mostró nervioso.
—¡No te acerques a mí, Kathy! Solo sonríe a la cámara y así mi álbum estaría completo—No podía creer lo que estaba escuchando.
—¡Eres un mal nacido Diego! ¿En dónde está Gaby?.—Le pregunté por última vez.
Al escuchar su confesión, sentí que dentro de mí, la angustia se apoderaba, abriéndome una herida devastadora, una sensación de vacío y destrucción, como si me hubieran arrancado una parte de mí de manera violenta, y que nunca pudiera sanar.
—¡Lo lamento, Kathy! De haber sabido que traerla a este lugar terminaría borrando su sonrisa, jamás lo hubiera considerado.—Las últimas palabras de Diego antes de caer por el acantilado.
No pude detenerlo, la cámara que tenía en la mano Diego, la recuperé, porque la soltó frente a mí.
Revisé todas las fotografías que había tomado, y lo que encontré, fue una escena de terror.
De nuevo fui al vehículo de Diego, abrí maletero y ahí estaba, sentí mucha ira, grité hasta quedarme sin voz, era desgarrador.
Maniatada, cruelmente golpeada, una sonrisa sobre sus labios dibujada con un labial rojo por el enfermo psicópata de Diego.
En esta oportunidad me gustaría invitar a este concurso a @marcybetancourt @blessedlife
Hola amiga, que historia, llena de suspenso desde el principio, aunque el final me dejó con ganas de seguir leyendo.
Definitivamente en este mundo debemos cuidarnos y no confiar ciegamente en nadie.
Saludos, te deseo mucho éxito.
Es una historia que posiblemente merezca una continuación 😁😁😁gracias por leerme y comentar mi querida amiga. Un reconfortante abrazo!
Amiga, está es una historia terrorífica, pero muy bien narrada. Quién se imaginaría que en la mente de algún amigo cercano se alojaba alguna obsesión de tal calibre. Caras vemos, corazones no sabemos.
Gracias por la invitación, espero animarme a participar, hace tiempo no intento escribir historias.
¡Hola mi bella amiga! Gracias por leerme y comentar. No suelo escribir este tipo de historias, pero imaginar algo tan cruel, sentirlo para luego escribirlo ¡Es supremo! Y me refiero en cuanto a armar la escena, qué podrían estar sintiendo cada personaje, cómo serían esos diálogos. ¡Tal vez eso ayude mucho! Me encantaría poder leerte ¡Inténtalo, te animo!