NUEVO CONCURSO | "Una imagen, una historia" / El salto de sus vidas

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El salto de sus vidas
Se acercaba las bodas de oro de Luis y Carolina, ninguno quería tomar la decisión de como celebrar tan simbólica fecha. Luis, siempre complaciente con Carolina, imaginaba la tradicional cena, los trajes de gala y la decoración dorada para celebrar en grande tan importante fecha.
Carolina sabía que Luis se dejaba llevar, pero que seguramente preferiría otra cosa, él siempre con su carácter aventurero, estaba reprimido por complacerla. Carolina paseaba entre recuerdos mientras revisaba su caja azul de cartas y memorias. Allí estaban latentes las primeras excursiones cuando eran muy jóvenes y todos los lugares que habían visitado juntos. Ya casi no salían a ningún sitio y ella pensaba que, a Luis, una fiesta no le devolvería la alegría ni el entusiasmo del pasado.
Ella seguía leyendo las eufóricas cartas donde él le agradecía cada aventura que habían compartido, sabiendo el sacrificio que representaba para ella que siempre prefería viajes más sencillos.
Abrió otra carta, recordaba muy bien aquel fin de semana. Habían subido a una cúspide espectacular y desde arriba solo se visualizaba el infinito y la inmensidad azul que los rodeaba. Ese día luis le expresó un deseo mientras la abrazaba fuerte.
— Algún día me gustaría volar junto ti, en esta inmensidad que ahora ven nuestros ojos.
Carolina sintió un estremecimiento, Luis no había cumplido su sueño y el tiempo había pasado muy rápido, ya eran adultos mayores y sentía que el tiempo se les había escurrido.
En un arrebato de emoción, segura de arrepentirse luego, pensó que era ahora el momento de hacer realidad los sueños, y si bien no era un sueño para ella, sí lo era para Luis.
Respiro profundo y organizó su plan mentalmente para que todo se diera de la mejor manera posible.
Al día siguiente Carolina estaba lista para comenzar con los preparativos “de la fiesta” Luis, suspirando, le preguntó en qué podía ayudarla. Pero ella le dijo que se ocupara solo de embellecer el jardín, que ella organizaría lo demás.
Se fue directamente a hablar con una agencia que se ocupaba de organizar aventuras extremas cuidando todos los detalles para que se convirtiera en un momento inolvidable. Jesús, el chico que se encargó de atenderla, estaba feliz de poder ayudarla y le prometió una aventura inolvidable para ambos.
Carolina lo organizó para darle la sorpresa a Luis el propio día de su aniversario, y él pensaba que la fiesta se llevaría a cabo una semana después. De vez en cuando bromeaba con Carolina preguntándole por los globos dorados, y la torta de oro.
También le preguntó si tendría que llevar una corbata dorada ese día. El tema lo agobiaba un poco porque siempre fue sencillo y poco ostentoso.
Ella solo sonreía y le decía que no se preocupara por nada.
El día del aniversario, Carolina estaba bastante nerviosa, pero intentó disimularlo. Le pidió a Luis que se vistiera con la ropa que ella le había elegido y bajara a desayunar.
Había preparado para ambos una mesa hermosa adornada con un par de velas en colores alegres y flores campestres en una esquina de la mesa. Una bandeja llena de frutas, tostadas con aguacate y yogur griego con granola, además de mini panquecas con frutos rojos.
Carolina sabía que Luis apreciaba cada elemento y ella se había esmerado hasta en los más insignificantes para que fuera un día especial.
Luis observaba todo aquello admirado y orgulloso de que Carolina estuviera a su lado disfrutando los pequeños detalles que ofrece la vida.
El desayuno fue muy agradable, acompañado de una música especial de Bossa Nova y jazz ligero.
Luis estaba radiante de felicidad y abrazó a Carolina muy fuerte justo cuando los interrumpió la llegada de Jesús.
Carolina aprovechó para presentarlos y le pidió a Luis que los acompañara a adelantar algunos preparativos para la fiesta. Él accedió contento, pues quería colaborar.
Subieron a la camioneta de Jesús y emprendieron un corto viaje hasta el aeródromo. Luis no entendía nada y Carolina cada vez se sentía más nerviosa, hasta que llegó el momento de decirle que esa era su celebración de aniversario.
¡Volarían juntos como una vez habían prometido hacer!
Luis la miraba incrédulo, estaba sumamente emocionado y Jesús se dedicó a hablarles con tono profesional para darles confianza y tranquilidad para que disfrutaran al máximo de la experiencia que estaban por vivir.
No hubo mucho tiempo para pensar, una vez llegaron, Jesús les entregó las mochilas y los equipos que necesitarían y les impartió algunas instrucciones básicas.
Pocos minutos después ya estaban subiendo al avión con mucha emoción y los corazones palpitando de alegría y entusiasmo.
Luis abrazó a Carolina y le dio las gracias por esa sorpresa tan hermosa y emocionante.
Tomados de la mano, y siguiendo las instrucciones, se dejaron caer al abismo, mientras volaban como aves en libertad.
Luis reía como un niño, Carolina entendió que ya no había vuelta atrás e intentó disfrutar del momento. Ambos, inmersos en su íntima comunión, no dejaban de sorprenderse al sentir la sensación de volar, la inmensidad del paisaje y la libertad.
Pudieron ver la vastedad azul, recordar aquella colina, revivir momentos hermosos de su convivencia mientras volaban como aves risueñas.
La tierra se acercaba y ellos comenzaron a disminuir la velocidad con los paracaídas, tal como les habían indicado. No querían que aquel momento llegara a su fin, pero estaban seguros de que su vida tendría otro sentido a partir de ese momento.
Al tocar tierra ambos gritaron emocionados y Carolina miró asombrada a Luis preguntando cuando lo volverían a hacer.
— ¡Ojalá lo hubiéramos probado antes!
Jesús se acercó a ellos sonriente con una fotografía de ambos sonriendo en el aire. La fotografía estaba en un marco dorado. Ambos ríen mientras Carolina dice.
— Es lo único dorado que habrá en esta fiesta de celebración.

El banner y los separadores fueron creados con Canva.
Esta es mi entrada para el reto de la amiga @franyeligonzalez, quien nos motiva a crear inspirados en Una imagen, una historia ¡únete tú también!
Gracias a @genomil por tu invitación.
Por mi parte, invito a mis amigos @hljott, @eudisdiaz @haidee a que se animen a participar.

Gracias por apoyar mi publicación, disfruté escribiendo esa historia y hasta sintiendo lo que ellos sintieron.
Hola amiga una linda historia, que bello Carolina logró se cumpliera el sueño de Luis, en las boda de oro, un regalo sorpresa mirar infinito y la inmensidad azul desde lo alto.
Una historia bastante romántica de dos seres que han compartido juntos muchos momentos de sus vidas y ahora celebran sus boda de plata volando desde un parapente.
Me has conmovido con tu relato, @evagavilan. No soy nada romántica, pero esta narración tan cuidadosamente presentada en todos sus detalles logró enternecerme y hacerme soñar. Es la representación de esa celebración que nos relata. Cada elemento posee la dosis exacta de realidad e ilusión que hacen del cuento una historia verosímil.
Es un relato de amor que para nada toca la cursilería. La aventura sobrepasa lo romántico.
Hubo un momento en que sentí que ocurriría algo malo, que la celebración terminaría mal, porque la voz narrativa repetía que Carolina sentía temor, nerviosismo, pero afortunadamente esta historia nos dio un final feliz y, más que feliz, esperanzador. Nos grita que las bodas de oro no son el final ni las canas el límite para experimentar cosas nuevas.
Gracias por regalarnos esta bella historia. Gracias también por tu invitación.
Nos leemos por aquí.
Me acabas de regalar un hermoso premio. @eudisdiaz, me alegra mucho que este relato haya sido de tu agrado. Intenté no dejar pasar ningún detalle y lo conté asi, cómo un cuento entrañable para animar a las personas a que no estén contando los años y que busquen oportunidades para experimentar y descubrir.