Ya he dicho muchas veces cuánto la amo, la admiro y lo tan hermana que es para mí, pero nunca está demás ratificar lo que siento por ella. Se trata nada más y, nada menos, que de mi amiga: @aplausos.

Aún recuerdo la primera vez que logré comunicarme con ella: Le dejé un mensaje en una de sus publicaciones para que me escribiera a mi correo, ya que deseaba que ella organizara un concurso en #Venezolanossteem. Su respuesta, aparte de ser rápida, fue muy emocional, y allí fue "amor a primera palabra".

Si ustedes escucharan la voz de mi amiga se enamorarían aún más de ella. Tiene una voz preciosa, que palpita y resuena en los corazones de quienes la escuchamos. Bueno, y eso no solo se debe a que es locutora, sino a que es un ser humano fuera de serie.

Cuando pienso un scouts con todas las de la ley, es ella quien se viene a mi mente, ¿por qué? Porque nunca se da por vencida; y cuando digo: nunca es nunca; ella lucha por lo que cree y por las personas a las que ama. Ella es oración, es fe, es poesía, es café mañanero, es abrazo, es la canción de Felipe Pirela, es una gaita, es el lago de Maracaibo, es la Chinita, es el puente. Pero, sobre todo, ella tiene pulmones con nombres para respirar: su hijo; mi sobrino: Víctor Miguel y su novio-esposo, Víctor, mi cuñado.

Nunca he visto a mi amiga, personalmente, y para quererla eso no me ha hecho falta. Aunque pido a Dios que me dé vida para viajar hasta Maracaibo y darle un abrazo oriental "revienta pecho", porque a veces las palabras no son suficientes, cuando uno quiere tanto.

Mi amiga ha tenido gestos lindos conmigo. Desde Maracaibo me envío unos libros para que yo los tuviera conmigo, y luego me envió unas revistas de bordado y este recuerdo del Meet-up que se realizó en el Zulia:

_{El regalo que me envió @aplausos}