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Preparó sus documentos universitarios. Era venezolano y tenía una Maestría en Literatura Latinoamericana. Trabajaba en la Universidad de Oriente, de Venezuela, pero a raíz de la crisis del país decidió emigrar dejando a su familia a la espera de las añoradas remesas. Bastaron cuatro semanas para acabar con todo el dinero que tenía en su bolsillo. Así que se lanzó a la aventura de ofrecer sus servicios como docente en el "infierno académico de Antofagasta".
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Absténgase de entregar documentos si es venezolano.
Lo leyó, pero ignoró el mensaje, se dijo para sí mismo: "Tengo el poder de convencer, además Dios está conmigo".
Dio los buenos días al Director del instituto, quien inmediatamente reconoció su nacionalidad por su acento al hablar:
-¿Es venezolano, cierto?
-Sí -dijo Víctor, con timidez.
-¿No leyó el cartel?
-Sí, pero sé que nadie quiere venir a trabajar para acá. ¿Acaso desea usted que cierren el instituto?
El director asumió la postura del pensador de Rodin, y luego de un breve silencio, dijo:
-A ver su currículo.
Víctor entregó la carpeta. El director la revisó y dijo:
-Un hombre tan culto merece una oportunidad. Vaya, por favor, a la sala 5. Allá lo esperan los chicos. Veamos si aguanta.
El profesor entró al salón que parecía una fiesta de pueblo: los chicos estaban sin camisa, las muchachas se estaban arreglando las uñas y el resto del grupo jugaba fútbol utilizando un cuaderno como balón.
-Buenos día -dijo el director -nadie le hizo caso. Luego grito:
-BUENOOOOOOOOOS DÍAAAAAAAS!
Hubo un breve silencio. Este es su nuevo profesor de Literatura. Su mensaje fue ignorado. El director le dijo a Víctor:
-Allí lo dejo. Vea si los puede controlar.
El profesor Víctor se sentó en el escritorio, y pidió a los alumnos que tomaran asiento para dar la clase.
Fred y Michael se le acercaron y le dijeron:
-¿Y qué nos vas a hacer si no nos sentamos? Eran muchachos altos, corpulentos y sus miradas parecían decir: Peligro.
Víctor le dijo:
-Nada. Pero quiero hacerles una propuesta: Asuman el rol de docente, y si logran controlar al grupo, les doy la mitad de lo que me van a pagar aquí hoy.
-¿Es broma, cierto? -dijo Fred.
-No -respondió el profesor -es verdad. Si quieren lo podemos dejar por escrito.
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Al principio, Fred y Michael tuvieron que usar la fuerza física para controlar al grupo. Pero en menos de media hora, ya todos los estudiantes estaban en sus asientos; el profesor Víctor les dio a leer un extracto del poema "Alma fuerte".
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
El profesor dijo: “El mejor lector será el docente de la próxima clase, y recibirá un pago por ello. La clase fluyó dinámica y tranquila.
El director estaba sorprendido por la conducta de los jóvenes y no solo contrató al profesor Víctor, sino que además le aumentó el salario que ofrecía.
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Me gustaría invitar a este concurso que promueve @sur-riti a @memamun, @genomil y @aplausos.
Upvoted! Thank you for supporting witness @jswit.
Gracias por la invitación herma, muy buena publicación con mucha reflexión. Un abrazo.
Hermana querida, espero que estés bien. Un abrazo.
A veces puede más la maña que la fuerza. Las ganas de salir triunfante de este trabajo, hicieron que Victor asumiera el riesgo y saliera vencedor en él.
Éxito en tu publicación.
Así es, amiga. La verdadera inteligencia es aquella que nos permite resolver los conflictos de manera pacífica, y salir airoso de ellos. Gracias por pasar por aquí.