Elige una palabra, pinta una historia #09

  Una palabra tiene tanto poder que, es capaz de inspirar millones de historias o sentimientos y, nuestra amiga @senehasa está consciente de ello. Por tal razón, nos hace la cordial invitación de crear un relato que transmita mensajes reflexivos y, a mí me complace unirme a su dinámica. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

Brillo nocturno

  Don Juan es un señor de la tercera edad que tiene un carácter muy gruñón. En su casa, solo vive con su perro llamado Salchicha y, los vecinos evitan tener contacto con él, porque las veces que han querido ser amables, él los trata mal e incluso, le ordena a su mascota para que los muerda.

  Para don Juan, el aislamiento y hermetismo son los aliados perfectos para que nadie se interese en inmiscuirse en su vida. Sin embargo, un día las cosas comenzaron a cambiar en su entorno por la llegada al vecindario del pequeño Billie y su mascota llamada Kitty.

¿Qué hace ese perro en mi jardín?

  Preguntó don Juan en un tono claramente molesto. De la nada él escucha una tierna voz desde un costado de su jardín y le dice:

¡Disculpe amable vecino! Mi perrita quiso venir a conocer a su perro. En ningún momento hemos querido violentar su propiedad y, ya que lo veo, además de disculparme, quiero presentarme; mi nombre es Billie, su nuevo vecino

  La amabilidad, inocencia y seguridad del pequeño, sorprendió a don Juan, porque él estaba seguro de que la generación cristal no es educada con valores sólidos. No obstante, él no quiso dejar en evidencia su impresión respecto a Billie y, manteniendo su personalidad gruñona, le dijo de mala manera que se fuera de su jardín, ya que ningún extraño podía estar en su propiedad y el osado que se atreva, conocía la furia de Salchicha.

  Más allá de asustarse ante esas declaraciones, Billie lo que hizo fue pedirle a don Juan que se calmara, porque con esa reacción, se le podía subir la tensión. El niño nuevamente pidió disculpas y se fue a su casa en compañía de Kitty.

Llenar de alegría la vida de don Juan, va a ser mi nueva misión

  Afirmó Billie mientras veía su cuadro favorito, el cual, además de proyectar la noche más brillante que se ha vivido en el mundo, poseía poderes mágicos que lo han ayudado a corregir ciertas emociones o acciones que están mal en nuestra sociedad.

  Una mañana don Juan salió a hacer unas compras y, en la vía se encontró con Billie; quien lo saludó con mucha cordialidad y la evidente emoción que sintió el niño al verlo, la destiló en su rostro con una gran sonrisa. El desconcierto del señor se incrementó, acción que comenzó a doblegar la dureza que este tenía, pero a pesar de ello, le preguntó si se estaba burlando de él; interrogante que no dudó en responder con la seguridad que le caracteriza.

Don Juan, ¡Jamás! Me burlaría de usted o algún otro señor. Mi familia me enseñó a ser amable y respetuoso; por eso lo trato de esa manera y, así como lo soy con usted, usted también tiene que serlo conmigo, porque de esa manera mantenemos la buena educación que toda sociedad merece

  Las palabras de aquel niño retumbaron tanto en el corazón de don Juan que, esa coraza que había en él, se rompió instantáneamente y, después de mucho tiempo, el rostro de este señor reflejó una sonrisa muy armónica.

  Billie, se emocionó al ver que don Juan ya no tenía una postura muy gruñona y, aprovecho el momento para decirle que no volviera a perder ese espíritu de felicidad, porque la vida abrazada con la felicidad, es más espléndida.

  Después de ese encuentro, cada uno siguió su camino y, al llegar la noche, Billie fue a la casa de don Juan para hacerle un obsequio. Se trataba de un cuadro que él había dibujado para obsequiárselo, el cual reflejaba una noche mágica. Don Juan muy agradecido le aceptó el regalo y, el niño le dijo que dicho dibujo era la representación simbólica que hizo la noche brillante en él, ya que gracias a la magia del brillo nocturno, pudo aprender que la buena educación no tiene nada que ver con las generaciones y, así como hay niños mal educados, también hay adultos, por lo que ambos tienen que detener esas malas acciones para promover la cordialidad.

  Desde esa noche, Billie y don Juan se convirtieron en mejores amigos. Ambos fomentaban los buenos valores y, la noche brillante, pasó a ser la aliada mágica que les ayudó en todas las misiones que emprendieron juntos.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!