Mereces lo que sueñas

  Un sueño tiene la facultad de motivarnos a trabajar arduamente por lo que merecemos; siendo este un elemento perfecto que nos impulsa a ser nuestra mejor versión y, ver que el propósito de esta dinámica está centralizado en estimular esa acción, me impulsó a compartir mi punto de vista respecto a ello. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Soñar es una acción que las personas emprendemos desde nuestra etapa de la infancia y, a pesar de que dimensionamos el impacto que tienen los sueños que proyectamos cuando somos jóvenes o, en su defecto, adultos, jamás debemos dejar de estimularlos, porque son un incentivo de superación.

  Desde mi punto de vista, un soñador es arquitecto, porque a través de los sueños, va edificando los elementos que considera importante para su evolución y, si de algo estoy convencida es que, nuestro recorrido en este planeta Tierra está esquematizado para que seamos personas grandes al igual que 100% exitosas en todos los aspectos.

  Por excelencia, me considero una persona soñadora y, gracias a esa particularidad he comprendido que ni siquiera el cielo es mi límite, porque lo que hoy se ve imposible de lograr o, está muy lejos de cristalizarse, con tenacidad, convicción, constancia, disciplina y mucha dedicación, podemos lograr todo lo que nos proponemos. Les confieso que, soñar también me ha impulsado a conocer ampliamente mis habilidades y destrezas, además de que, es mi termómetro para calibrar cómo están mis anhelos de evolucionar, teniendo en cuenta que dichos sueños siempre deben estar direccionados en ser la mejor versión de mí.

  Me encantaría dejar presente que, ser soñadora me ha obsequiado los momentos más inolvidables de mi vida y, cada vez que veo cristalizar mis sueños digo que, así como nací soñando, culminaré mi ciclo de vida en esa misma actitud, porque estoy en este mundo para vivir al máximo la magia de los sueños.

  Desde el primer día que comencé a estudiar mi carrera universitaria, pensaba en cómo iba a ser el momento cuando firmara mi Acta de Grado y, aunque en mi mente viajaron un montón de posibilidades extraordinarias, cuando oficialmente llegó el día, los nervios que me generaba la emoción de estar dando ese paso, me bloquearon al punto que ni siquiera sabía cómo agarrar el bolígrafo para firmar y, si me voy más allá, literalmente se me olvidó mi firma. La señora que estaba allí se dio cuenta y entre risas me dijo que plasmara mi rúbrica con toda confianza, ya que esa iba a ser la primera importante de millones que estaban por venir, porque el éxito me sonríe.

  Gracias a esas palabras, mis nervios comenzaron a disminuir y, a pesar de que mi firma quedó con claras señales temblorosa, disfruté dejar mi huella nerviosa impregnada de sueños e ilusiones que iba a seguir cumpliendo, porque como dijo la señora, esa fue la primera de muchas que ya he plasmado y por supuesto, seguiré realizando.

  Me encantan los retos y, más allá de sentirme intimidada por los desafíos, lo que realmente siento es adrenalina, ya que de las situaciones difíciles, es donde más aprendo. Partiendo de esto, la mayoría de mis sueños han sido complicados de alcanzar, porque para hacerlos más interesantes, me gusta proyectarlos densos. Ahora bien, en esta ocasión me encantaría hablarles de mi sueño a nivel de salud; anhelo que sin duda alguna me ha sacado de mi zona de confort de una manera que jamás lo imaginé, visto que, para poder ser una persona saludable a nivel mental y físico, he tenido que pagar precios altos. No obstante, los seguiría pagando, ya que disfrutar la vida con buena salud, es un obsequio maravilloso que no debemos negarnos.

  Acoplar mi estilo de vida a actividades deportivas y alimentación saludable, me ha enseñado que al momento de soñar, también debo transmitirnos amor propio y, a pesar de que aún sigo trabajando en mejorar mi estabilidad, no siento miedo de las adversidades que este sueño va a continuar aflorado, porque mi meta es disfrutar mi vida con bienestar general.

  Todos estamos facultados para soñar y, aunque cada uno de nosotros vive realidades totalmente diferentes, al final del día, el sueño es un incentivo motivador para evolucionar. Sin embargo, aquí es indispensable tener en cuenta que, para que esos anhelos se conviertan en una auténtica realidad, debemos actuar, porque de lo contrario, se van a quedar en un simple sueño y, cuando no damos el 100% de nosotros, es imposible ser merecedores del éxito. Por ello, estoy en total acuerdo con esta frase y, para mí, es una filosofía de vida que recurrentemente me aplico.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes personales presentadas en esta publicación, fueron extraídas de mi galería personal}